Elenco de El Rostro de Analia
Elizabeth Gutiérrez
La actriz mexicana Elizabeth Gutiérrez triunfa con su destacada participación en la telenovela ‘El Rostro de Analía’, de Telemundo, su segundo papel protagónico que le da un gran empuje a su carrera. Antes ya había protagonizado ‘Amor Comprado’, de Venevisión Internacional.
Elizabeth era más conocida simplemente como la pareja del actor cubano William Levy, al que conoció en el 2003 en el reality show ‘Protagonistas de Novela’ y con quien tiene un hijo, Christopher Alexander (de tres años), y ha vivido todo el año 2008 en la palestra pública por los constantes rumores de que éste la es infiel. Finalmente, la actriz confirmó que su relación con el actor terminó.
En el melodrama, Gutiérrez da vida a una mujer policía que, en el cumplimiento de una misión, tiene un accidente en el que pierde la memoria. Es sometida a una cirugía plástica que le cambia el rostro, y, toma una nueva identidad, como Analía, una bailarina exótica. Para dar vida a este personaje, la actriz ha tenido que aprender nuevas habilidades, dentro del baile erótico.
-¿Cómo es tu personaje en ‘El Rostro de Analía’?
Mi personaje son dos en lo que te puedo hablar, primero es Analía, que es la agente encubierta que esta detrás del malo que en este caso es Gabriel Porras, tratando de vengarse y, por cosas del destino, tiene un accidente y a partir del segundo capitulo, ella empieza una nueva vida.
-¿Y con quién te quedas con Martín Karpan, el protagonista, o con Gabriel Porras, el villano de la historia?
Los dos son muy profesionales, unos grandes actores y para mi la verdad fue un lujo trabajar con ellos.
-¿Cómo te enfrentaste al reto de protagonizar esta novela?
Fue un reto desde el primer día. Tuve una coreógrafa que me montó todos los bailes, entrené con ella. Creo que no lo hubiera podido hacer tan creíble si no me hubieran apoyado tanto en los ensayos previos para cada escena.
-¿Y cómo te enfrentaste a la hora de hacer dos personajes al mismo tiempo?
Con paciencia, saber bien definir a los personajes, saber qué cualidades tiene un personaje y otro. Y con la ayuda de los directores de la novela he podido encaminar estos personajes.
-¿Con quién te identificas más, con tu personaje de Analía o con tu personaje de Mariana?
Es complicado, porque Analía es fuerte y atrevida, de carácter totalmente diferente a mi; pero disfruté mucho el papel. En cambio, Mariana se parece más a mi, porque es más tranquila, más suave, ...
-Y si tuvieses que regresar a la vida, como tu personaje de Mariana, ¿en la piel de que personaje te hubiese gustado regresar?
En La Princesa Diana, que tenía tanta clase y era muy fina, en definitiva, era una gran señora, a pesar de que tuvo un final trágico.
-Si no hubieses sido la protagonista de ‘El Rostro de Analía’, ¿en qué otro papel te hubiese gustado estar en la novela?
Yo creo que me hubiese gustado interpretar a Isabel (Karla Monroig), además, me llevo muy bien con Karla.
-Cuando tuviste que grabar escenas de llanto en la novela, ¿cómo te preparaste?
Las lágrimas son de verdad. Y pienso en la situación que estoy viviendo en ese momento, como si en realidad me pasara a mi.
-Comenzaste en el reality show ‘Protagonistas de novela’, donde conociste a tu esposo William, ¿cómo viviste esta experiencia?
Fue una experiencia hermosa porque conocí a William y, aunque al principio sólo sentíamos atracción, acabamos juntos y tuvimos un hermoso hijo.
-En México eras conocida por ser la esposa de William Levy, pero ahora conocen tu trabajo como actriz, gracias a ‘El Rostro de Analía’...
Me alegra que esta telenovela se pase por México, para que me conozcan. No soy una persona a la que le guste estar involucrada en chismes, quiero que se enfoquen más en mi carrera.
-¿Y cómo te enfrentas a los chismes que afirman que William te es infiel?
Trato de no leer las revistas, no meterme más en esas cosas, sino estar enfocada y darle mi energía a lo que es importante, que es mi familia y mi carrera.
-William ha confirmado que habéis acabado la relación, ¿esto es cierto?
Cada etapa es una prueba que te hace más fuerte en la vida. No me gusta hablar de mi vida privada, sólo te puedo decir que estoy tranquila, en paz y sí él ha declarado algo abiertamente, mejor pregúntele a William; yo estoy bien y le deseo la mejor de las suertes.
-¿Te gustaría tener otro hijo?
No estoy planeándolo, pero me encantaría tener más hijos.
-¿Y qué planes futuros tienes después de haber acabado con la grabaciones de la telenovela?
Elizabeth era más conocida simplemente como la pareja del actor cubano William Levy, al que conoció en el 2003 en el reality show ‘Protagonistas de Novela’ y con quien tiene un hijo, Christopher Alexander (de tres años), y ha vivido todo el año 2008 en la palestra pública por los constantes rumores de que éste la es infiel. Finalmente, la actriz confirmó que su relación con el actor terminó.
En el melodrama, Gutiérrez da vida a una mujer policía que, en el cumplimiento de una misión, tiene un accidente en el que pierde la memoria. Es sometida a una cirugía plástica que le cambia el rostro, y, toma una nueva identidad, como Analía, una bailarina exótica. Para dar vida a este personaje, la actriz ha tenido que aprender nuevas habilidades, dentro del baile erótico.
-¿Cómo es tu personaje en ‘El Rostro de Analía’?
Mi personaje son dos en lo que te puedo hablar, primero es Analía, que es la agente encubierta que esta detrás del malo que en este caso es Gabriel Porras, tratando de vengarse y, por cosas del destino, tiene un accidente y a partir del segundo capitulo, ella empieza una nueva vida.
-¿Y con quién te quedas con Martín Karpan, el protagonista, o con Gabriel Porras, el villano de la historia?
Los dos son muy profesionales, unos grandes actores y para mi la verdad fue un lujo trabajar con ellos.
-¿Cómo te enfrentaste al reto de protagonizar esta novela?
Fue un reto desde el primer día. Tuve una coreógrafa que me montó todos los bailes, entrené con ella. Creo que no lo hubiera podido hacer tan creíble si no me hubieran apoyado tanto en los ensayos previos para cada escena.
-¿Y cómo te enfrentaste a la hora de hacer dos personajes al mismo tiempo?
Con paciencia, saber bien definir a los personajes, saber qué cualidades tiene un personaje y otro. Y con la ayuda de los directores de la novela he podido encaminar estos personajes.
-¿Con quién te identificas más, con tu personaje de Analía o con tu personaje de Mariana?
Es complicado, porque Analía es fuerte y atrevida, de carácter totalmente diferente a mi; pero disfruté mucho el papel. En cambio, Mariana se parece más a mi, porque es más tranquila, más suave, ...
-Y si tuvieses que regresar a la vida, como tu personaje de Mariana, ¿en la piel de que personaje te hubiese gustado regresar?
En La Princesa Diana, que tenía tanta clase y era muy fina, en definitiva, era una gran señora, a pesar de que tuvo un final trágico.
-Si no hubieses sido la protagonista de ‘El Rostro de Analía’, ¿en qué otro papel te hubiese gustado estar en la novela?
Yo creo que me hubiese gustado interpretar a Isabel (Karla Monroig), además, me llevo muy bien con Karla.
-Cuando tuviste que grabar escenas de llanto en la novela, ¿cómo te preparaste?
Las lágrimas son de verdad. Y pienso en la situación que estoy viviendo en ese momento, como si en realidad me pasara a mi.
-Comenzaste en el reality show ‘Protagonistas de novela’, donde conociste a tu esposo William, ¿cómo viviste esta experiencia?
Fue una experiencia hermosa porque conocí a William y, aunque al principio sólo sentíamos atracción, acabamos juntos y tuvimos un hermoso hijo.
-En México eras conocida por ser la esposa de William Levy, pero ahora conocen tu trabajo como actriz, gracias a ‘El Rostro de Analía’...
Me alegra que esta telenovela se pase por México, para que me conozcan. No soy una persona a la que le guste estar involucrada en chismes, quiero que se enfoquen más en mi carrera.
-¿Y cómo te enfrentas a los chismes que afirman que William te es infiel?
Trato de no leer las revistas, no meterme más en esas cosas, sino estar enfocada y darle mi energía a lo que es importante, que es mi familia y mi carrera.
-William ha confirmado que habéis acabado la relación, ¿esto es cierto?
Cada etapa es una prueba que te hace más fuerte en la vida. No me gusta hablar de mi vida privada, sólo te puedo decir que estoy tranquila, en paz y sí él ha declarado algo abiertamente, mejor pregúntele a William; yo estoy bien y le deseo la mejor de las suertes.
-¿Te gustaría tener otro hijo?
No estoy planeándolo, pero me encantaría tener más hijos.
-¿Y qué planes futuros tienes después de haber acabado con la grabaciones de la telenovela?
Estoy viviendo en Miami con mi hijo, descansando de tanto trabajo en esta novela. Me gustaría hacer televisión en inglés, porque mi primera lengua es el inglés y tuve que aprender español como mi segundo idioma, aunque mis padres son mexicanos, mi padre es de Jalisco y mi madre de Durango.
Martín Karpan
Martín Karpan es un argentino que comenzó su carrera en la publicidad y en el teatro, en comedias infantiles de baja repercusión, pero que le fueron dando tablas. Comenzó a ser conocido tras protagonizar la telenovela colombiana ‘El auténtico Rodrigo Leal’, donde conoció a la que fue su novia por varios años, Carolina Gómez.
Tras el rotundo éxito de esta serie, Martín (que en realidad es su primer apellido, él se llama Carlos) recibió importantes ofertas. Finalmente se decidió por dar vida al malvado Luis Carlos, en ‘Te voy a enseñar a querer’. Más tarde, encarnó al despiadado Andrés Corona en la telenovela ‘El cuerpo del deseo’. Y también hizo de villano en ‘La Viuda de Blanco’, donde conoció a la mujer con la que tuvo un hijo, la actriz Zharick León, quienes recientemente han terminado su relación.
Después de realizar varios papeles antagónicos, él volvió a Colombia para protagonizar la exitosa serie ‘Nuevo rico, nuevo pobre’, donde dio vida a Andrés. Y al finalizar este proyecto, Martín se fue a Miami para protagonizar la telenovela ‘El Rostro de Analía’, su más reciente éxito.
El argentino ha tenido también suerte en el cine, con películas como ‘Flores amarillas sobre la ventana’, por la que recibió el premio al mejor actor revelación en su país.
-Haciendo un balance por tu carrera artística, en ‘Te voy a enseñar a querer’ diste vida al infame Luis Carlos y también te vimos en el papel de villano en ‘El Cuerpo del Deseo’...
Sí, pero eran dos malos muy distintos. Luis Carlos era víctima de las circunstancias, estaba enamorado de Déborah (Catherine Siachoque) y ésta era la que le malmetía para que cometiera las fechorías. Sin embargo, Andrés era el que tramaba todo. Era un tipo frío, calculador, muy cínico y ambicioso, que se aprovechaba de lo que le rodeaba para lograr sus objetivos.
-¿Te gustó dar vida a Luis Carlos y a Andrés?
Sí, claro, y me divertí muchísimo. En las telenovelas estos personaje suelen ser un tanto cómicos, porque el cinismo con el que hacen las cosas te hacen vivir escenas muy divertidas. Son como las películas de Quentin Tarantino, en la que los malos son tan perfectos e invulnerables, que te hacen reír.
-¿Temías convertirte en el eterno malo de las telenovelas?
No, porque me gusta la variedad. De todas formas, no creo que se me encasille en este registro, ya que también he hecho otro tipo de personajes. Un ejemplo claro es ‘El auténtico Rodrigo Leal’, la primera telenovela que protagonicé en Colombia y de la que luego se hizo una versión en España.
-Aún así, ¿no eres de esos actores que sueñan con dar el salto a Hollywood y triunfar en la gran pantalla?
Tuve una propuesta para entrar en ese mercado, pero no me interesó aceptarla. La imagen del latino en Estados Unidos todavía está en pleno proceso y nos suelen ofrecer papeles de narcotraficantes, delincuentes y mayordomos al lado de figuras como Sylvester Stallone; esto no es lo mío. Prefiero seguir en las telenovelas o probar suerte en el cine español, que es muchísimo más rico, interesante y profundo.
-¿Qué tipo de personaje te gustaría hacer?
Me encantan las películas de época, pues me resulta gracioso y me interesa todo lo que tiene que ver con los disfraces. De hecho, en Buenos Aires tuve la oportunidad de rodar una película que transcurría en la Patagonia de 1910 y me resultó muy interesante.
-¿Cómo aceptaste la propuesta para protagonizar de nuevo en Colombia una novela, ‘Nuevo rico, nuevo pobre’ y que ha sido todo un éxito?
Me dijeron: "Martín hay un papel protagónico en Colombia y parece hecho para ti", fue esa la frase mágica que le dio un giro a mis planes, a la cual respondí: "¿Cuándo tengo que viajar?".
-¿Qué te sedujo de Andrés, tu personaje en ‘Nuevo rico, nuevo pobre’?
Es un personaje con mucho humor, que está inmerso en un entorno donde todos los otros personajes tienen un costado muy gracioso. Es como si hubiera sido inspirado por algunos de los personajes de Woody Allen, porque la miseria que debe sufrir se convierte en generadora de un humor negro, intenso y bien pensado. Andrés es un hombre que ha vivido siempre entre ricos, es autosuficiente y no sabe vivir en comunidad, que por cosas que van a ver en la telenovela, termina en un lugar muy pobre y deberá aprender a vivir allí. Mi personaje empieza la historia perdiéndolo todo. Siempre estoy buscando personajes diferentes, que tengan cosas que se le puedan explorar. Aunque para muchos sea un problema, a mí lo que me gusta de los personajes de televisión es que no sabes a dónde van a ir, porque el final no está escrito.
-¿Y qué no te gusta de la actuación en televisión?
Que este tipo de personajes, como Andrés, son escasos. Es difícil encontrar personajes que no sean políticamente correctos, mientras que Andrés comienza como un hombre conservador, adicto al trabajo, que en cuestión de días tiene que volver acomodarse a la vida. Realmente estoy contento con Andrés.
-Has trabajado en Argentina, Colombia, México y Estados Unidos, ¿ya estás habituado a esa vida de nómada?
Me encanta viajar, pero también el hecho de dejar de ser turista para ser habitante de una ciudad que no es la mía, y luego cambiar. Creo que eso por un tiempo es bueno.
-Pero, antes de protagonizar ‘Nuevo rico, nuevo pobre’, te ofrecieron un nuevo papel en Buenos Aires (Argentina), donde regresaste al lado de tu familia...
Al terminar en Estados Unidos ‘La viuda de blanco’ y, aunque había propuestas para quedarme allí, actuar en México, Venezuela y Colombia, decidí que era el momento para volver a mi tierra, de donde había salido cuatro años atrás y realmente no había pasado una buena temporada allí. Fue fantástico porque era volver a casa, encontrarme con los amigos de la esquina, retornar a los viejos planes, a ir a cine, al teatro. Me retroalimenté completamente en Buenos Aires.
-¿Siempre quisiste ser actor?
No, la verdad es que de niño nunca tuve claro lo que quería hacer de mayor. De hecho, estudié muchas cosas, entre ellas Ingeniería de Sistemas. Por otro lado tenía a mis padres diciéndome que no podía ser actor, que esto era un hobby y no una profesión de verdad.
-¿Cómo fueron tus comienzos?
Empecé haciendo anuncios de televisión y de ahí pasé a presentarme a algunos cástings. Me tocaron con la varita mágica, porque al poco tiempo ya me ofrecieron mi primer protagonista en el cine.
-¿Crees que es difícil vivir de la interpretación?
Bueno, hay que estar muy pendiente, porque es un trabajo que puede ser muy agradecido en unos momentos, pero muy ingrato en otros. Hay parones profesionales que debes manejar bien, porque hay que saber administrarse el dinero y vivir con el ego de cada uno. Cuando estás protagonizando algo parece que tienes el mundo a tus pies, pero la gente se olvida de uno muy pronto.
-¿Y es difícil vivir con un actor?
Sí, mucho, porque nuestro ego es grande y muy sensible. Yo siempre decía que nunca me enamoraría de una actriz, porque dos egos de esos juntos son una bomba explosiva, pero no lo pude evitar. De hecho mi novia es una actriz.
-¿Cuál sería tu sueño para el futuro?
Estar rodeado de los míos y tener la sabiduría para seguir creciendo. Me gustaría mucho encontrar esa paz y tranquilidad que busco.
-¿Recuerdas tu primer beso?
Sí, con 13 años, en una fiesta. Fue un beso raro, baboso, porque uno cuando se inicia en esto es torpe.
-¿Has hecho alguna locura por amor?
Muchas, todo el tiempo. Eso es lo bonito de estar enamorado, que uno se vuelve loco. Es lo mejor, porque la monotonía aburre.
-¿En qué te reencarnarías?
En una hormiga o en una bacteria para ver el Universo desde otro punto de vista.
-Ahora eres el protagonista de una telenovela de Telemundo, ¿cómo te sientes en este nuevo proyecto?
Me gusta el elenco con el que estoy trabajando, nos llevamos bien todos, aunque Telemundo tiene su código.
-¿Qué función tuvo tu personaje en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Daniel Montiel pierde a su esposa Mariana, que le obligó a un cambio, pues se sintió culpable del terrible accidente que sufrió una vez descubre la verdad de su romance, y se consagra como un padre ejemplar para su única hija. La vida le dio una segunda oportunidad de amar a su esposa, cuando se cruzó por su camino Analía, de quien se enamora locamente, ignorando que es Mariana con el rostro de otra mujer. Es un personaje más centrado, más maduro y serio. A ratos los televidentes podrían llegar a odiarme, pero luego me acaban amando al conocer mis nobles sentimientos y mi amor sincero por Analía, que en el fondo es mi esposa Mariana ocupando otro rostro, luego del accidente.
-En las telenovelas te quitas con facilidad la ropa, ¿posarías desnudo en una revista?
No me gustaría posar desnudo para ninguna revista, ya que es sólo para vender, pero en la novelas lo hago porque es parte del guión. No me gusta venderme como un pedazo de carne. Yo vendo mi talento como actor.
-¿A qué personaje te gustaría dar vida y que aún no has podido interpretar?
A mi me gustaría participar en una producción ambientada entre 1915 y 1930. Me considero un actor versátil, sin puntos débiles, ni fuertes. Me interesa abordar distintas situaciones y personajes porque si no me aburro. Hay papeles donde se necesita un poco más de concentración, preparación y desarrollo actoral y semiótico.
-¿Y qué trato tienes con tus fans?
Me gusta que me reconozcan, me gustan los gritos, la historia y si se me acerca alguien la atiendo de buena manera.
-Hace unos meses fuiste papá por primera vez, ¿a quién se parece el niño?
No se parece a nadie de la familia. Sus ojos son de color café muy claritos y no son, ni los de Zharick León ni los míos. Tampoco se parece a mí, ni a mi mujer.
-¿Estuviste presente cuando dio a luz Zharick?
Sí. El parto fue normal y no lloré. El Doctor lo agarró como si fuese un trapo. Le revolcó, le pegó y no sabes si agarrar al Doctor, al hijo o salir corriendo. Uno no sabe qué hacer. Lágrimas hubo después, cuando todo se relajó un poco.
-Después de haber finalizado con las grabaciones de la novela a finales de marzo, ¿qué proyectos te esperan?
Volví a Bogotá, Colombia, para estar con mi hijo Luciano, que ya tiene ocho meses. Quiero descansar un poco y disfrutar de mi hijo, verlo crecer, reír, jugar con él, entre otras cosas, que son parte de ese proceso importante y espectacular para un padre.
-¿Y te gustaría tener más hijos?
Por lo pronto no pienso en tener un segundo bebé. Quiero disfrutarlo primero a Luciano.
Tras el rotundo éxito de esta serie, Martín (que en realidad es su primer apellido, él se llama Carlos) recibió importantes ofertas. Finalmente se decidió por dar vida al malvado Luis Carlos, en ‘Te voy a enseñar a querer’. Más tarde, encarnó al despiadado Andrés Corona en la telenovela ‘El cuerpo del deseo’. Y también hizo de villano en ‘La Viuda de Blanco’, donde conoció a la mujer con la que tuvo un hijo, la actriz Zharick León, quienes recientemente han terminado su relación.
Después de realizar varios papeles antagónicos, él volvió a Colombia para protagonizar la exitosa serie ‘Nuevo rico, nuevo pobre’, donde dio vida a Andrés. Y al finalizar este proyecto, Martín se fue a Miami para protagonizar la telenovela ‘El Rostro de Analía’, su más reciente éxito.
El argentino ha tenido también suerte en el cine, con películas como ‘Flores amarillas sobre la ventana’, por la que recibió el premio al mejor actor revelación en su país.
-Haciendo un balance por tu carrera artística, en ‘Te voy a enseñar a querer’ diste vida al infame Luis Carlos y también te vimos en el papel de villano en ‘El Cuerpo del Deseo’...
Sí, pero eran dos malos muy distintos. Luis Carlos era víctima de las circunstancias, estaba enamorado de Déborah (Catherine Siachoque) y ésta era la que le malmetía para que cometiera las fechorías. Sin embargo, Andrés era el que tramaba todo. Era un tipo frío, calculador, muy cínico y ambicioso, que se aprovechaba de lo que le rodeaba para lograr sus objetivos.
-¿Te gustó dar vida a Luis Carlos y a Andrés?
Sí, claro, y me divertí muchísimo. En las telenovelas estos personaje suelen ser un tanto cómicos, porque el cinismo con el que hacen las cosas te hacen vivir escenas muy divertidas. Son como las películas de Quentin Tarantino, en la que los malos son tan perfectos e invulnerables, que te hacen reír.
-¿Temías convertirte en el eterno malo de las telenovelas?
No, porque me gusta la variedad. De todas formas, no creo que se me encasille en este registro, ya que también he hecho otro tipo de personajes. Un ejemplo claro es ‘El auténtico Rodrigo Leal’, la primera telenovela que protagonicé en Colombia y de la que luego se hizo una versión en España.
-Aún así, ¿no eres de esos actores que sueñan con dar el salto a Hollywood y triunfar en la gran pantalla?
Tuve una propuesta para entrar en ese mercado, pero no me interesó aceptarla. La imagen del latino en Estados Unidos todavía está en pleno proceso y nos suelen ofrecer papeles de narcotraficantes, delincuentes y mayordomos al lado de figuras como Sylvester Stallone; esto no es lo mío. Prefiero seguir en las telenovelas o probar suerte en el cine español, que es muchísimo más rico, interesante y profundo.
-¿Qué tipo de personaje te gustaría hacer?
Me encantan las películas de época, pues me resulta gracioso y me interesa todo lo que tiene que ver con los disfraces. De hecho, en Buenos Aires tuve la oportunidad de rodar una película que transcurría en la Patagonia de 1910 y me resultó muy interesante.
-¿Cómo aceptaste la propuesta para protagonizar de nuevo en Colombia una novela, ‘Nuevo rico, nuevo pobre’ y que ha sido todo un éxito?
Me dijeron: "Martín hay un papel protagónico en Colombia y parece hecho para ti", fue esa la frase mágica que le dio un giro a mis planes, a la cual respondí: "¿Cuándo tengo que viajar?".
-¿Qué te sedujo de Andrés, tu personaje en ‘Nuevo rico, nuevo pobre’?
Es un personaje con mucho humor, que está inmerso en un entorno donde todos los otros personajes tienen un costado muy gracioso. Es como si hubiera sido inspirado por algunos de los personajes de Woody Allen, porque la miseria que debe sufrir se convierte en generadora de un humor negro, intenso y bien pensado. Andrés es un hombre que ha vivido siempre entre ricos, es autosuficiente y no sabe vivir en comunidad, que por cosas que van a ver en la telenovela, termina en un lugar muy pobre y deberá aprender a vivir allí. Mi personaje empieza la historia perdiéndolo todo. Siempre estoy buscando personajes diferentes, que tengan cosas que se le puedan explorar. Aunque para muchos sea un problema, a mí lo que me gusta de los personajes de televisión es que no sabes a dónde van a ir, porque el final no está escrito.
-¿Y qué no te gusta de la actuación en televisión?
Que este tipo de personajes, como Andrés, son escasos. Es difícil encontrar personajes que no sean políticamente correctos, mientras que Andrés comienza como un hombre conservador, adicto al trabajo, que en cuestión de días tiene que volver acomodarse a la vida. Realmente estoy contento con Andrés.
-Has trabajado en Argentina, Colombia, México y Estados Unidos, ¿ya estás habituado a esa vida de nómada?
Me encanta viajar, pero también el hecho de dejar de ser turista para ser habitante de una ciudad que no es la mía, y luego cambiar. Creo que eso por un tiempo es bueno.
-Pero, antes de protagonizar ‘Nuevo rico, nuevo pobre’, te ofrecieron un nuevo papel en Buenos Aires (Argentina), donde regresaste al lado de tu familia...
Al terminar en Estados Unidos ‘La viuda de blanco’ y, aunque había propuestas para quedarme allí, actuar en México, Venezuela y Colombia, decidí que era el momento para volver a mi tierra, de donde había salido cuatro años atrás y realmente no había pasado una buena temporada allí. Fue fantástico porque era volver a casa, encontrarme con los amigos de la esquina, retornar a los viejos planes, a ir a cine, al teatro. Me retroalimenté completamente en Buenos Aires.
-¿Siempre quisiste ser actor?
No, la verdad es que de niño nunca tuve claro lo que quería hacer de mayor. De hecho, estudié muchas cosas, entre ellas Ingeniería de Sistemas. Por otro lado tenía a mis padres diciéndome que no podía ser actor, que esto era un hobby y no una profesión de verdad.
-¿Cómo fueron tus comienzos?
Empecé haciendo anuncios de televisión y de ahí pasé a presentarme a algunos cástings. Me tocaron con la varita mágica, porque al poco tiempo ya me ofrecieron mi primer protagonista en el cine.
-¿Crees que es difícil vivir de la interpretación?
Bueno, hay que estar muy pendiente, porque es un trabajo que puede ser muy agradecido en unos momentos, pero muy ingrato en otros. Hay parones profesionales que debes manejar bien, porque hay que saber administrarse el dinero y vivir con el ego de cada uno. Cuando estás protagonizando algo parece que tienes el mundo a tus pies, pero la gente se olvida de uno muy pronto.
-¿Y es difícil vivir con un actor?
Sí, mucho, porque nuestro ego es grande y muy sensible. Yo siempre decía que nunca me enamoraría de una actriz, porque dos egos de esos juntos son una bomba explosiva, pero no lo pude evitar. De hecho mi novia es una actriz.
-¿Cuál sería tu sueño para el futuro?
Estar rodeado de los míos y tener la sabiduría para seguir creciendo. Me gustaría mucho encontrar esa paz y tranquilidad que busco.
-¿Recuerdas tu primer beso?
Sí, con 13 años, en una fiesta. Fue un beso raro, baboso, porque uno cuando se inicia en esto es torpe.
-¿Has hecho alguna locura por amor?
Muchas, todo el tiempo. Eso es lo bonito de estar enamorado, que uno se vuelve loco. Es lo mejor, porque la monotonía aburre.
-¿En qué te reencarnarías?
En una hormiga o en una bacteria para ver el Universo desde otro punto de vista.
-Ahora eres el protagonista de una telenovela de Telemundo, ¿cómo te sientes en este nuevo proyecto?
Me gusta el elenco con el que estoy trabajando, nos llevamos bien todos, aunque Telemundo tiene su código.
-¿Qué función tuvo tu personaje en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Daniel Montiel pierde a su esposa Mariana, que le obligó a un cambio, pues se sintió culpable del terrible accidente que sufrió una vez descubre la verdad de su romance, y se consagra como un padre ejemplar para su única hija. La vida le dio una segunda oportunidad de amar a su esposa, cuando se cruzó por su camino Analía, de quien se enamora locamente, ignorando que es Mariana con el rostro de otra mujer. Es un personaje más centrado, más maduro y serio. A ratos los televidentes podrían llegar a odiarme, pero luego me acaban amando al conocer mis nobles sentimientos y mi amor sincero por Analía, que en el fondo es mi esposa Mariana ocupando otro rostro, luego del accidente.
-En las telenovelas te quitas con facilidad la ropa, ¿posarías desnudo en una revista?
No me gustaría posar desnudo para ninguna revista, ya que es sólo para vender, pero en la novelas lo hago porque es parte del guión. No me gusta venderme como un pedazo de carne. Yo vendo mi talento como actor.
-¿A qué personaje te gustaría dar vida y que aún no has podido interpretar?
A mi me gustaría participar en una producción ambientada entre 1915 y 1930. Me considero un actor versátil, sin puntos débiles, ni fuertes. Me interesa abordar distintas situaciones y personajes porque si no me aburro. Hay papeles donde se necesita un poco más de concentración, preparación y desarrollo actoral y semiótico.
-¿Y qué trato tienes con tus fans?
Me gusta que me reconozcan, me gustan los gritos, la historia y si se me acerca alguien la atiendo de buena manera.
-Hace unos meses fuiste papá por primera vez, ¿a quién se parece el niño?
No se parece a nadie de la familia. Sus ojos son de color café muy claritos y no son, ni los de Zharick León ni los míos. Tampoco se parece a mí, ni a mi mujer.
-¿Estuviste presente cuando dio a luz Zharick?
Sí. El parto fue normal y no lloré. El Doctor lo agarró como si fuese un trapo. Le revolcó, le pegó y no sabes si agarrar al Doctor, al hijo o salir corriendo. Uno no sabe qué hacer. Lágrimas hubo después, cuando todo se relajó un poco.
-Después de haber finalizado con las grabaciones de la novela a finales de marzo, ¿qué proyectos te esperan?
Volví a Bogotá, Colombia, para estar con mi hijo Luciano, que ya tiene ocho meses. Quiero descansar un poco y disfrutar de mi hijo, verlo crecer, reír, jugar con él, entre otras cosas, que son parte de ese proceso importante y espectacular para un padre.
-¿Y te gustaría tener más hijos?
Por lo pronto no pienso en tener un segundo bebé. Quiero disfrutarlo primero a Luciano.
Maritza Rodríguez
La actriz y cantante colombiana, ha interpretado numerosos personajes en telenovelas. Ahora, Maritza Rodríguez interpreta a la malvada Sara, en ‘El rostro de Analía’, novela de Telemundo.
Su primera telenovela fue ‘La Mujer en el espejo’ en 1997, interpretando un papel secundario. En el año 2000 participó en ‘La Revancha’ en el papel de Mercedes Riverol. En ‘Amantes del Desierto’ (2001) tuvo un papel protagonista (Bárbara de Santana) junto a Francisco Gattorno; en el 2002 fue protagonista de la telenovela ‘Milagros de Amor’ donde interpretaba a Milagros. En 2004 participó en ‘Ángel Rebelde’ en el papel de Cristal, y en 2006: ‘Olvidarte jamás’ y ‘Amor sin condiciones’. Y en el 2008 dejó a las villanas a un lado y entró a la etapa final de ‘Pecados Ajenos’.
Actualmente, Maritza se convirtió en madrastra de Daniela y Álex, hijos de su esposo Joshua Mintz. Maritza Rodríguez, la misma mujer de cara angelical que hace más de una década saltó de las pasarelas a la televisión, hoy vive su mejor faceta: está casada con el amor de su vida, comparte el trabajo con el cuidado de sus hijastros y trabaja en Telemundo, dando vida a la antagonista de la exitosa telenovela ‘El rostro de Analía’.
La condición de casada no ha sido un cambio extremo para ella. Al contrario, siente que su vida ahora cuenta con ese apoyo moral que le hacía falta y, aunque su esposo, Joshua Mintz, VP de Estrategia de Talento de la cadena Telemundo, viaja bastante, entre ambos han creado un 'amoroso complot' que viven día a día. "Entre nosotros existe una confianza en extremo, nunca hay una mentira, por pequeña que sea. Compartimos las responsabilidades de la casa y trabajamos para sorprendernos diariamente".
Primero nos cautivo con su imagen como modelo, luego cuando se enamoró de la actuación no pudimos separarnos más de ella, auténtica, divertida y talentosa conversamos de todo un poco con la hermosa Maritza Rodríguez, quien nos cuenta como fue ese paso de modelo actriz, como se ha sentido trabajando tan lejos de su natal Colombia.
-¿Como empezaste a darte conocer en televisión?
Empiezo a trabajar en Producciones Jes, presentando ‘Panorama’. En esa época deciden hacer una telenovela llamada ‘Mascarada’ y Julio Sánchez Cristo quería involucrar a muchas niñas lindas, así que ingresé allí a través de un casting. Eso me hizo despertar, fue algo que me hizo sentir poco cómoda, porque no era lo que yo siempre había soñado, pero siempre he sido una mujer que piensa que cuando uno hace algo uno lo tiene que hacer bien, así que me arriesgué porque ya había modelado y presentado y no era extraño para mi el estar allí. Por ello, tomé clases de actuación que me permitieran preparar el personaje, aunque era muy pequeño, sin embargo a partir de allí, empezaron a salir muchas otras ofertas, casting para series, casting para comedias, para telenovelas, y yo quería hacerlo bien, con bases sólidas en estudios de actuación, así que empecé a hacer carrera estudiando, practicando en el ruedo. La actuación me llamo a mí, y me tocó asumirlo con el respeto que se merece.
-Pero, el mundo del espectáculo no es fácil...
Sí, pero he crecido espiritualmente. El trabajo te sube, te baja, te quita el piso, te lo vuelve a poner y hay un juego muy agresivo contra ti. Pasé por una etapa triste, pero quería ser feliz y lo conseguí.
-Después de incursionar en el modelaje, la presentación y la actuación, ¿qué te falta por lograr?
Muchos sueños. En la medida que uno va avanzando y va adquiriendo experiencia tanto laboral como personal, cada vez quieres madurar mucho más en la actuación, lo cual es precisamente lo que sueño, el simple hecho de estar en diferentes plazas. Me gusta mucho hacer producciones tanto colombianas como extranjeras, aunque siento que me falta mucho por hacer, sobre todo en cine y teatro. He estado envuelta mucho en la televisión, cosa que me gusta, y me agrada mucho, pero siento que me falta un poco más de cine, y dejé eso en manos de Dios, de modo que se me presente la oportunidad en el camino. Siempre busco madurar en el trabajo.
-¿Cómo nació la oportunidad de trabajar en Miami y comenzar a vivir allí?
Nace la oportunidad cuando hice ‘Marido y Mujer’, una novela que protagonice para Caracol con Robinson Díaz, la cual tuvo buena acogida en el exterior. Estuvimos promocionándola en Venezuela, lugar donde Venevisión decide hacer una novela en Miami, para la que me solicitan en un casting, y pues esa fue mi primera experiencia en Miami haciendo telenovelas, a partir de la cual quedé muy conectada con Fonovideo, empresa que producía novelas para Univisión, y en la cual terminé haciendo tres telenovelas. Luego estuve en Telemundo, después en Colombia y así empieza la conexión con el mercado exterior, la cual más que todo fue profesional. Nunca tuve ganas de irme de Colombia, solo hubo una oportunidad que supe aprovechar, que me permitió ver y conocer como se hacían las producciones en Miami, que herramientas utilizan para hacer carrera en este lugar. También vi la posibilidad de arreglar mi residencia, en cuanto a documentos, cosa que podía resolver con mi visa de trabajo, para posteriormente obtener la residencia permanente. Para entonces, ya mi vida personal arropa la profesional, así que terminé quedándome definitivamente en Miami.
-¿Cómo ves tu evolución como actriz?
Es una evolución de mucho peso, gratificante, porque empecé desde cero, en cuanto a conocimientos, y fui creciendo, absorbiendo la manera cómo se trabaja esto. En el camino hubo mucha gente madura y veterana que me ayudó muchísimo, tales como mis profesores Alfonso Ortiz y John Alex Toro, cuyas clases me sirvieron muchísimo para enfrentarme a la caracterización de personajes tan lejanos a mí, algo que me gusta mucho, razón por la cual me he preocupado mucho porque la gente vea en cada uno de mis personajes la gran diferencia, tanto en ellos mismos como en mí al ver el resultado final. A veces me siento y veo videos de telenovelas viejas donde he participado, y me siento muy contenta que obtuve lo que yo quería lograr en cada uno de mis personajes, que lo hiciera tan distintos cada uno, con la mano de Dios que me ha regalado ese talento. Ójala pudiera hacer estas cosas en Colombia, pero así ha sido el destino.
-Cuando un actor empieza casi siempre suelen ser criticados por sus interpretaciones, ¿este fue tu caso?
Uno siempre es criticado por todos, aunque en mis comienzos no fue tan fuerte, creo que la crítica más fuerte fue conmigo misma, porque yo quería romper con la sombra de la modelo a la actriz, yo quería que cuando se nombrara a Maritza Rodríguez se dijera “la actriz”, y eso lo logré, eso fue un propósito muy personal. En lo que reconozco que me sentí muy criticada y en el fondo tachada por Colombia, es en el hecho de que hice mi primera novela fuera de sus fronteras. Tenía que hablar diferente, y no porque no me sintiera colombiana, sino porque debía hacerlo, pues necesariamente requería un acento neutro, lo cual me obliga a hablar de una forma muy distinta, debido a que es la forma como se trabaja en Miami. Con la promoción de la telenovela ‘Amantes del Desierto’, recibí críticas fuertes que redundaban la idea de que yo me creía mexicana. Cuando pasaron de nuevo la telenovela en Miami, pude notar que no hablo como mexicana, sino que no saco los dichos colombianos, y esto lógicamente sucede porque el mercado inicial no era Colombia. Y cuando regresé a Colombia para realizar una telenovela para RCN llamada ‘Milagros De Amor’, obviamente volví a hablar con mi acento colombiano, a retomar el lenguaje corporal adecuado. Me siento más barranquillera que nunca, mi casa es costeña, sin embargo a la hora de trabajar tengo que sacar las herramientas necesarias.
-¿Y cómo te enfrentas al agitado mundo de los chismes del mercado latino?
Nunca he estado en chismes ni en Colombia ni aquí. Desde que dejé de modelar y de presentar 'Panorama' y me dediqué a convertirme en actriz, quería que la gente me creyera y me preocupé de que solo hablaran de mi trabajo. Los escándalos que suben rating no me interesan.
-¿Como ha sido explorar este personaje de malvada?
Como actriz ha sido una madurez. Se trata de una mala que tiene unos componentes brillantes porque es una mujer de extremos, cínica, ambiciosa; sabe que es sexy, bella y que puede lograr lo que quiera con las armas que posee. Pero aun así tiene muchos miedos. Cuando ella se encuentra consigo misma, se da cuenta de que nadie la quiere, que no tiene al lado al hombre que desea.
-¿Es agotador interpretar a un personaje tan fuerte?
Me gustó jugar con este personaje porque tenía variantes, picos, y hacer una villana que fuera divertida, que no resultara monótona sino que tuviera su parte entretenida, de dolor, sus debilidades como cualquier ser humano. Me lo he gozado, aunque soy el opuesto a ella.
-¿Y en la intimidad de tu hogar la afecta esa de maldad?
No, como actriz no entro en ese tipo de conflictos. Tengo claro quién es el personaje y quién es la actriz. Los sentimientos del personaje no me afectan. Es un ejercicio que siempre procuro hacer. Por salud, me puse los zapatos de Sara solo cuando iba a hacer de ella.
-¿Has experimentado un amor tan enfermizo como el de Sara?
No, nunca, pero lo que le pasa a ella les puede ocurrir a muchas. El único hombre que ella quiere es Daniel, un amor caprichoso que le roba la astucia, lo calculadora que es, la embrutece porque pierde todo cálculo.
-Los televidentes se divierten con las borracheras de Sara, ¿cómo le sale tan real?
Hacer de borracha es muy complicado. Estar en el punto exacto que de verdad se sienta que no estás imitándola no es sencillo; vi varias películas de mujeres alcoholizadas. La semana antes de empezar a grabar me fui a diferentes fiestas y encontré a una cubana, la analicé muy bien. Borracha, Sara, se vuelve ridícula, se desnuda cuando está alcoholizada.
Nunca tomo, pero la debilidad de Sara es la bebida y cuando se siente derrotada, perdida, recurre al alcohol.
-Ahora que firmaste un contrato de exclusividad con Telemundo, ¿cuéntanos cómo llegaste a ingresar a esta cadena?
Ya llevaba cuatro novelas con Univisión y recibí la oferta de Telemundo. Llegué a la etapa final de 'Pecados Ajenos' y allí hice el papel de la hermana de Catherine Siachoque. Entré para hacer de buena y me emocionó, porque ya llevaba tres villanas seguidas. Y firmé contrato de exclusividad con Telemundo, por tres proyectos, el primero de ellos fue ‘El rostro de Analía’, en el cual estoy actualmente en desarrollo y vuelvo a hacer de villana.
-Ahora eres parte del canal en el que tu esposo tiene un cargo directivo y hay rumores malintencionados frente a tu ingreso...
Yo me hago la loca con ese tema, no me dicen nada, pero me imagino que el rumor debe existir. La realidad es que antes de ser la esposa de Joshua, soy Maritza Rodríguez. Nadie me está haciendo un favor, sé quién soy yo y mi trabajo habla por mí...
-¿Qué tanto influye él en tu carrera?
Mucho, porque es mi esposo y quiere lo mejor para mí, pero hay decisiones que sólo tomo yo.
-Casi siempre te vimos de rubia, ¿cómo te ha ido de pelirroja?
Desde que me ofrecieron el papel se habló de un cambio de look. Decidieron que iba a ser rubio platinado, precioso, y quedé contenta; lo hicimos una semana antes de empezar a grabar, pero el día anterior de iniciar me dijeron que no, que me veía demasiado angelical en comparación con la protagonista. Pelee y lloré muchísimo porque ya me habían decolorado el pelo y me daba miedo quedarme calva, por el primer proceso químico fuerte y porque el rojo es un color que no a todo el mundo le queda bien. Al final recuerdo que me fui del estudio, agarré mi carro y me fui. Al final me dijeron: "listo, Maritza, mañana ven a grabar como tú quieras". Fui a la peluquería de Germán Flórez, quien me hizo la tintura rubia y ya. Cuando llegué a grabar al otro día, me recibieron con un aplauso y todo el mundo feliz.
-¿Y tu marido Joshua Mintz qué dijo?
Cuando me vio, comentó: “Maritza, el personaje va a salir súper chévere, pero en las noches cuando llegues a la casa mi güerita (monita) no va a estar, después de ocho meses la volveré a tener”. Ha sido fabuloso el corte. Hoy día no me hubiera imaginado a Sara rubia.
-Ya llevas tres villanas casi seguidas...
Me gusta interpretar personajes así, pero también me interesa un protagónico con carácter. Vamos a ver qué dice Telemundo porque todavía tenemos dos proyectos pendientes. Mientras pueda hacer personajes distintos, eso me gratifica mucho más.
-¿Cómo manejas la relación con tu esposo, él siendo directivo del canal, existen celos de parte de los otros?
Eso hay que manejarlo como debe ser, cada cosa en su lugar. Él está en su oficina, toma sus decisiones, muy prudente cuando se refiere a mí, y yo a actuar como profesional que soy. Por mi propio trabajo y por como lo he llevado, me he ganado este lugar, al igual que él. Y en la casa somos esposos, no es ni productor ni ejecutivo y yo no soy actriz. Y si la gente lo ve de esa manera, que piensen lo que ellos quieran, nosotros lo mantenemos claro como profesionales.
-El apuntador es una herramienta que se usa en algunos países, como en México, ¿qué piensas de esta herramienta que utilizan algunos actores?
En conclusión, pienso que el apuntador es una herramienta importante siempre y cuando el actor sepa como manejarla, pero si el actor se va de vago es muy perjudicial. Yo venía de trabajar sin apuntador, puesto que en Colombia no se usa, llegó un momento en la telenovela ‘Ángel Rebelde’ y tenía 20 escenas diarias, y allí la manera de trabajar consiste en obtener la pauta o el plan de trabajo cerca de las ocho de la noche del día anterior. Entonces tienes que trabajar así, a un punto en que ya no puedes, tanto así que el día que me tocó usar el apuntador, lloré y lloré muchísimo. Fue entonces cuando uno de los actores me dice: “Maritza, no te vas a sentir menos actriz, apréndelo a usar y verás que va a ser beneficioso para ti”, así que lo asumí y ahora soy una experta al usarlo. Ahora que estuve de los dos lados, lo que puedo decir, que el apuntador me parece una herramienta muy necesaria dependiendo del estilo de trabajo que lleves. Cuando te avisan un día antes, no tienes forma de programar, de estudiar, por lo que constituye una muy buena herramienta, ya que no te desgastas tanto. El apuntador es un apoyo, con el cual te equivocas menos, sin embargo, con él lo único que puede perjudicar a un actor es acostumbrarse, volverse vago, no estudiar, no leer, llegar a estar pendiente que te digan la letra. Entonces empieza a ser falso, a sonar recitado y por consiguiente la memoria se altera.
-¿Y en la telenovela de ‘El Rostro de Analía’, como trabajáis?
El equipo de exteriores trabaja sin apuntador y, por el contrario, el equipo de estudio trabaja con apuntador, por lo que al grabar exteriores me cuesta un poco más memorizar, debido a la falta de práctica. Las producciones que he hecho en Miami han sido realizadas siempre con apuntador, de modo que cuando debo grabar exteriores me cuesta mucho, me toma más tiempo para estudiar de lo que me tomaba antes. Sin embargo, todo es un sistema, así, en Colombia se entrega una pauta quince días antes de la grabación, contaba con la suerte que siempre agarraba los domingos y estudiaba todo lo de la semana, y más o menos calculaba los tiempos, de forma que como la memoria está activa, entonces es más fácil memorizar el texto. Todo el equipo de producción sabe que el actor está trasnochado y tuvo que haber estudiado, pero aquí no ocurre eso, entonces todo se adapta dependiendo de los sistemas.
-‘Vuelo 1503’ fue el remake de una exitosa serie americana, y fue también tu más reciente personaje en Colombia, sin embargo, a pesar de que la serie tuvo todas las cartas a su favor, no le fue muy bien en audiencia, ¿por qué crees que no funcionó?
Como se dice en la industria, el éxito no se cuestiona, hice el trabajo que tenía que hacer. A mí me llamó mucho la atención el proyecto, por lo cual decidí irme, porque era otro cuento, era romper con el glamour, sin embargo pienso que no calcularon muy bien hasta qué punto la historia de la selva iba a saturar al espectador. Lamentablemente, llegó a ser empalagosa, aunque muy buena la historia, debió combinar un poco más la selva con la cotidianidad normal de una ciudad. La historia de la telenovela está clara, pero cuando quieren hacer algo riesgoso, las personas involucradas tienen que medir siempre que no pueden dejar de considerar la línea de la telenovela, porque o es serie o es novela. Esas fusiones tienen que cuidarse, creo que eso se le salió de las manos a Caracol, por eso, aunque pueda sonar acusativa mi opinión, pienso que no fue una producción fácil para uno como actor, pero definitivamente fue interesante.
-¿Qué herramientas utilizas para la memorización de textos en tus personajes?
Se hace fácil, cuando uno conoce la historia, nunca he dejado de leerme un sólo libreto de la telenovela en la que he trabajado, eso me ayuda mucho, porque así entiendo hacia dónde me dirijo, de donde viene mi compañero, me permite conocer bien al personaje, la razón de las escenas, el por qué y el para qué, luego es simplemente comprender la escena y en consecuencia la memorizas rápido, no es tan difícil.
-¿Y cuándo te volveremos a ver trabajando en tu natal Colombia?
Gracias a Dios siempre me han llamado para trabajar en Colombia, por eso, apenas pude, pues lo hice, en esa oportunidad con ‘Vuelo 1503’. Sin embargo, el año pasado firmé contrato de exclusividad con Telemundo, por tres proyectos, el primero de ellos fue ‘El rostro de Analía’, en el cual estoy actualmente en desarrollo, por lo que no puedo trabajar con nadie más en cuanto a televisión se refiere, pero sí puedo hacer teatro y cine en cualquier país que quiera. Si voy a Colombia hago las telenovelas que hace RTI para Telemundo, pero en un canal colombiano estaré cuando termine mi contrato, ya que en este momento no podría, pero obviamente me encanta, me gusta porque son otro tipo de historias, es la manera de actuar, yo soy colombiana, mi público es colombiano, además tengo la escuela de actuación en Colombia, la agencia de modelaje, mi familia, tengo mucha gente que me escribe pidiéndome que regrese a mi país, además, soy la primera en querer hacerlo.
-¿Cómo es un día normal en la vida de Maritza?
De paz. Cuando no trabajo, me levanto, hago el desayuno, montamos en bicicleta con mi marido (Joshua), vamos a la playa y compartimos con los niños. Somos un equipo, yo lo apoyo y él a mí. Me gusta cocinar en la casa y compartir momentos solo para nosotros.
-¿Y cómo te ha ido de madrastra de los hijos de Joshua?
Es un rol nuevo porque nunca antes lo viví, pero soy paciente y los niños también lo son conmigo. Compartimos tiempo, pero sin que ellos sientan que yo soy quien manda y la que impone las órdenes. Disfruto en extremo el día a día juntos. Hasta me dicen 'Madritza'.
-¿Tuviste miedo de jugar ese nuevo rol?
No puedo negar que al comienzo me entraron nervios, porque uno no sabe cómo entrar en una relación cuando hay hijos. No se sabe qué va a pasar, pero las cosas fueron fluyendo de una forma positiva. Es como si entrara a una novela, justo en la mitad de la historia, pero, entre nosotros, hay una conversación clara y limpia. Me quieren mucho y me respetan.
-No es fácil ganarse el cariño de los preadolescentes, ¿cómo lo lograste?
Les respeto la convivencia que tienen con su papá, pero le agradezco a Dios que son niños muy dedicados, cariñosos y cultos. Vamos a la piscina juntos, jugamos o los recojo en el colegio, vamos a cine y somos cómplices.
-¿Y te estás preparando para ser madre?
Lo deseo, lo quiero, lo deseamos, pero está en medio un contrato y uno debe responder. Me contrataron por tres proyectos, este es el primero; ya veremos, pero el bebé llegará. En ningún momento se me ha pasado por la cabeza que los niños son mi escuela. Voy a debutar cuando sea mamá. Me gustaría tener una nena en el 2010 y queremos que se llame Laura.
-¿Cómo logras mantener un matrimonio cuando los dos viajáis tanto?
El amor es un lazo fuerte, pero la base principal es preocuparse por fortalecer la confianza y trabajamos para eso. Quiero que él sienta que yo estoy aquí, sin estar acá. Nunca hay mentiras entre nosotros y nunca se me pasa por la cabeza que él me pueda mentir. No dudo.
-¿Pero a veces hay celos?
Si ficho a alguien que mira a mi marido con insistencia, es imposible no sentir cosquillitas porque lo amo, pero confío en lo que le estoy dando a él y no creo que él pueda quebrarse frente a alguien. Lo que uno decreta es lo que uno atrae y sé que en mi casa nunca va a llegar la infidelidad ni de parte mía, ni de la de él.
-Ahora estas más delgada, ¿cambió tu rutina de ejercicios?
Me estoy cuidando mucho porque desde que llegué a Estados Unidos me estresa un poco saber que todo tiene hormonas. Pensé que estaba enferma del colon, pero no, y terminé comiendo muchas cosas integrales, lácteos de soya, dejé el pollo y la carne roja. Hago ejercicio tres veces a la semana con una entrenadora argentina y no dejo mis masajes con Gloria Hincapié cada tres días.
-¿Y qué piensas de las cirugías plásticas?
En 1994, cuando participé en Miss Mundo, me hice la nariz y una liposucción, pero ya tengo varias cirugías reservadas para mi vejez y para cuando sea mamá, por si quedo gordita.
-¿Cuáles son tus planes para un futuro cercano?
Quiero descansar un poco, aunque como este trabajo fue tan rico, no sentí el peso de las jornadas. Pienso ir a Colombia en para arreglar unas cosas personales. Planeo lanzar una línea de productos, es algo grande. También nos hemos unido con algunos de los personajes de esta novela para hacer una historia de teatro. Además, grabamos un demo para el canal; se trata de una historia con tres mujeres protagonistas.
-¿Y el descanso?
Su primera telenovela fue ‘La Mujer en el espejo’ en 1997, interpretando un papel secundario. En el año 2000 participó en ‘La Revancha’ en el papel de Mercedes Riverol. En ‘Amantes del Desierto’ (2001) tuvo un papel protagonista (Bárbara de Santana) junto a Francisco Gattorno; en el 2002 fue protagonista de la telenovela ‘Milagros de Amor’ donde interpretaba a Milagros. En 2004 participó en ‘Ángel Rebelde’ en el papel de Cristal, y en 2006: ‘Olvidarte jamás’ y ‘Amor sin condiciones’. Y en el 2008 dejó a las villanas a un lado y entró a la etapa final de ‘Pecados Ajenos’.
Actualmente, Maritza se convirtió en madrastra de Daniela y Álex, hijos de su esposo Joshua Mintz. Maritza Rodríguez, la misma mujer de cara angelical que hace más de una década saltó de las pasarelas a la televisión, hoy vive su mejor faceta: está casada con el amor de su vida, comparte el trabajo con el cuidado de sus hijastros y trabaja en Telemundo, dando vida a la antagonista de la exitosa telenovela ‘El rostro de Analía’.
La condición de casada no ha sido un cambio extremo para ella. Al contrario, siente que su vida ahora cuenta con ese apoyo moral que le hacía falta y, aunque su esposo, Joshua Mintz, VP de Estrategia de Talento de la cadena Telemundo, viaja bastante, entre ambos han creado un 'amoroso complot' que viven día a día. "Entre nosotros existe una confianza en extremo, nunca hay una mentira, por pequeña que sea. Compartimos las responsabilidades de la casa y trabajamos para sorprendernos diariamente".
Primero nos cautivo con su imagen como modelo, luego cuando se enamoró de la actuación no pudimos separarnos más de ella, auténtica, divertida y talentosa conversamos de todo un poco con la hermosa Maritza Rodríguez, quien nos cuenta como fue ese paso de modelo actriz, como se ha sentido trabajando tan lejos de su natal Colombia.
-¿Como empezaste a darte conocer en televisión?
Empiezo a trabajar en Producciones Jes, presentando ‘Panorama’. En esa época deciden hacer una telenovela llamada ‘Mascarada’ y Julio Sánchez Cristo quería involucrar a muchas niñas lindas, así que ingresé allí a través de un casting. Eso me hizo despertar, fue algo que me hizo sentir poco cómoda, porque no era lo que yo siempre había soñado, pero siempre he sido una mujer que piensa que cuando uno hace algo uno lo tiene que hacer bien, así que me arriesgué porque ya había modelado y presentado y no era extraño para mi el estar allí. Por ello, tomé clases de actuación que me permitieran preparar el personaje, aunque era muy pequeño, sin embargo a partir de allí, empezaron a salir muchas otras ofertas, casting para series, casting para comedias, para telenovelas, y yo quería hacerlo bien, con bases sólidas en estudios de actuación, así que empecé a hacer carrera estudiando, practicando en el ruedo. La actuación me llamo a mí, y me tocó asumirlo con el respeto que se merece.
-Pero, el mundo del espectáculo no es fácil...
Sí, pero he crecido espiritualmente. El trabajo te sube, te baja, te quita el piso, te lo vuelve a poner y hay un juego muy agresivo contra ti. Pasé por una etapa triste, pero quería ser feliz y lo conseguí.
-Después de incursionar en el modelaje, la presentación y la actuación, ¿qué te falta por lograr?
Muchos sueños. En la medida que uno va avanzando y va adquiriendo experiencia tanto laboral como personal, cada vez quieres madurar mucho más en la actuación, lo cual es precisamente lo que sueño, el simple hecho de estar en diferentes plazas. Me gusta mucho hacer producciones tanto colombianas como extranjeras, aunque siento que me falta mucho por hacer, sobre todo en cine y teatro. He estado envuelta mucho en la televisión, cosa que me gusta, y me agrada mucho, pero siento que me falta un poco más de cine, y dejé eso en manos de Dios, de modo que se me presente la oportunidad en el camino. Siempre busco madurar en el trabajo.
-¿Cómo nació la oportunidad de trabajar en Miami y comenzar a vivir allí?
Nace la oportunidad cuando hice ‘Marido y Mujer’, una novela que protagonice para Caracol con Robinson Díaz, la cual tuvo buena acogida en el exterior. Estuvimos promocionándola en Venezuela, lugar donde Venevisión decide hacer una novela en Miami, para la que me solicitan en un casting, y pues esa fue mi primera experiencia en Miami haciendo telenovelas, a partir de la cual quedé muy conectada con Fonovideo, empresa que producía novelas para Univisión, y en la cual terminé haciendo tres telenovelas. Luego estuve en Telemundo, después en Colombia y así empieza la conexión con el mercado exterior, la cual más que todo fue profesional. Nunca tuve ganas de irme de Colombia, solo hubo una oportunidad que supe aprovechar, que me permitió ver y conocer como se hacían las producciones en Miami, que herramientas utilizan para hacer carrera en este lugar. También vi la posibilidad de arreglar mi residencia, en cuanto a documentos, cosa que podía resolver con mi visa de trabajo, para posteriormente obtener la residencia permanente. Para entonces, ya mi vida personal arropa la profesional, así que terminé quedándome definitivamente en Miami.
-¿Cómo ves tu evolución como actriz?
Es una evolución de mucho peso, gratificante, porque empecé desde cero, en cuanto a conocimientos, y fui creciendo, absorbiendo la manera cómo se trabaja esto. En el camino hubo mucha gente madura y veterana que me ayudó muchísimo, tales como mis profesores Alfonso Ortiz y John Alex Toro, cuyas clases me sirvieron muchísimo para enfrentarme a la caracterización de personajes tan lejanos a mí, algo que me gusta mucho, razón por la cual me he preocupado mucho porque la gente vea en cada uno de mis personajes la gran diferencia, tanto en ellos mismos como en mí al ver el resultado final. A veces me siento y veo videos de telenovelas viejas donde he participado, y me siento muy contenta que obtuve lo que yo quería lograr en cada uno de mis personajes, que lo hiciera tan distintos cada uno, con la mano de Dios que me ha regalado ese talento. Ójala pudiera hacer estas cosas en Colombia, pero así ha sido el destino.
-Cuando un actor empieza casi siempre suelen ser criticados por sus interpretaciones, ¿este fue tu caso?
Uno siempre es criticado por todos, aunque en mis comienzos no fue tan fuerte, creo que la crítica más fuerte fue conmigo misma, porque yo quería romper con la sombra de la modelo a la actriz, yo quería que cuando se nombrara a Maritza Rodríguez se dijera “la actriz”, y eso lo logré, eso fue un propósito muy personal. En lo que reconozco que me sentí muy criticada y en el fondo tachada por Colombia, es en el hecho de que hice mi primera novela fuera de sus fronteras. Tenía que hablar diferente, y no porque no me sintiera colombiana, sino porque debía hacerlo, pues necesariamente requería un acento neutro, lo cual me obliga a hablar de una forma muy distinta, debido a que es la forma como se trabaja en Miami. Con la promoción de la telenovela ‘Amantes del Desierto’, recibí críticas fuertes que redundaban la idea de que yo me creía mexicana. Cuando pasaron de nuevo la telenovela en Miami, pude notar que no hablo como mexicana, sino que no saco los dichos colombianos, y esto lógicamente sucede porque el mercado inicial no era Colombia. Y cuando regresé a Colombia para realizar una telenovela para RCN llamada ‘Milagros De Amor’, obviamente volví a hablar con mi acento colombiano, a retomar el lenguaje corporal adecuado. Me siento más barranquillera que nunca, mi casa es costeña, sin embargo a la hora de trabajar tengo que sacar las herramientas necesarias.
-¿Y cómo te enfrentas al agitado mundo de los chismes del mercado latino?
Nunca he estado en chismes ni en Colombia ni aquí. Desde que dejé de modelar y de presentar 'Panorama' y me dediqué a convertirme en actriz, quería que la gente me creyera y me preocupé de que solo hablaran de mi trabajo. Los escándalos que suben rating no me interesan.
-¿Como ha sido explorar este personaje de malvada?
Como actriz ha sido una madurez. Se trata de una mala que tiene unos componentes brillantes porque es una mujer de extremos, cínica, ambiciosa; sabe que es sexy, bella y que puede lograr lo que quiera con las armas que posee. Pero aun así tiene muchos miedos. Cuando ella se encuentra consigo misma, se da cuenta de que nadie la quiere, que no tiene al lado al hombre que desea.
-¿Es agotador interpretar a un personaje tan fuerte?
Me gustó jugar con este personaje porque tenía variantes, picos, y hacer una villana que fuera divertida, que no resultara monótona sino que tuviera su parte entretenida, de dolor, sus debilidades como cualquier ser humano. Me lo he gozado, aunque soy el opuesto a ella.
-¿Y en la intimidad de tu hogar la afecta esa de maldad?
No, como actriz no entro en ese tipo de conflictos. Tengo claro quién es el personaje y quién es la actriz. Los sentimientos del personaje no me afectan. Es un ejercicio que siempre procuro hacer. Por salud, me puse los zapatos de Sara solo cuando iba a hacer de ella.
-¿Has experimentado un amor tan enfermizo como el de Sara?
No, nunca, pero lo que le pasa a ella les puede ocurrir a muchas. El único hombre que ella quiere es Daniel, un amor caprichoso que le roba la astucia, lo calculadora que es, la embrutece porque pierde todo cálculo.
-Los televidentes se divierten con las borracheras de Sara, ¿cómo le sale tan real?
Hacer de borracha es muy complicado. Estar en el punto exacto que de verdad se sienta que no estás imitándola no es sencillo; vi varias películas de mujeres alcoholizadas. La semana antes de empezar a grabar me fui a diferentes fiestas y encontré a una cubana, la analicé muy bien. Borracha, Sara, se vuelve ridícula, se desnuda cuando está alcoholizada.
Nunca tomo, pero la debilidad de Sara es la bebida y cuando se siente derrotada, perdida, recurre al alcohol.
-Ahora que firmaste un contrato de exclusividad con Telemundo, ¿cuéntanos cómo llegaste a ingresar a esta cadena?
Ya llevaba cuatro novelas con Univisión y recibí la oferta de Telemundo. Llegué a la etapa final de 'Pecados Ajenos' y allí hice el papel de la hermana de Catherine Siachoque. Entré para hacer de buena y me emocionó, porque ya llevaba tres villanas seguidas. Y firmé contrato de exclusividad con Telemundo, por tres proyectos, el primero de ellos fue ‘El rostro de Analía’, en el cual estoy actualmente en desarrollo y vuelvo a hacer de villana.
-Ahora eres parte del canal en el que tu esposo tiene un cargo directivo y hay rumores malintencionados frente a tu ingreso...
Yo me hago la loca con ese tema, no me dicen nada, pero me imagino que el rumor debe existir. La realidad es que antes de ser la esposa de Joshua, soy Maritza Rodríguez. Nadie me está haciendo un favor, sé quién soy yo y mi trabajo habla por mí...
-¿Qué tanto influye él en tu carrera?
Mucho, porque es mi esposo y quiere lo mejor para mí, pero hay decisiones que sólo tomo yo.
-Casi siempre te vimos de rubia, ¿cómo te ha ido de pelirroja?
Desde que me ofrecieron el papel se habló de un cambio de look. Decidieron que iba a ser rubio platinado, precioso, y quedé contenta; lo hicimos una semana antes de empezar a grabar, pero el día anterior de iniciar me dijeron que no, que me veía demasiado angelical en comparación con la protagonista. Pelee y lloré muchísimo porque ya me habían decolorado el pelo y me daba miedo quedarme calva, por el primer proceso químico fuerte y porque el rojo es un color que no a todo el mundo le queda bien. Al final recuerdo que me fui del estudio, agarré mi carro y me fui. Al final me dijeron: "listo, Maritza, mañana ven a grabar como tú quieras". Fui a la peluquería de Germán Flórez, quien me hizo la tintura rubia y ya. Cuando llegué a grabar al otro día, me recibieron con un aplauso y todo el mundo feliz.
-¿Y tu marido Joshua Mintz qué dijo?
Cuando me vio, comentó: “Maritza, el personaje va a salir súper chévere, pero en las noches cuando llegues a la casa mi güerita (monita) no va a estar, después de ocho meses la volveré a tener”. Ha sido fabuloso el corte. Hoy día no me hubiera imaginado a Sara rubia.
-Ya llevas tres villanas casi seguidas...
Me gusta interpretar personajes así, pero también me interesa un protagónico con carácter. Vamos a ver qué dice Telemundo porque todavía tenemos dos proyectos pendientes. Mientras pueda hacer personajes distintos, eso me gratifica mucho más.
-¿Cómo manejas la relación con tu esposo, él siendo directivo del canal, existen celos de parte de los otros?
Eso hay que manejarlo como debe ser, cada cosa en su lugar. Él está en su oficina, toma sus decisiones, muy prudente cuando se refiere a mí, y yo a actuar como profesional que soy. Por mi propio trabajo y por como lo he llevado, me he ganado este lugar, al igual que él. Y en la casa somos esposos, no es ni productor ni ejecutivo y yo no soy actriz. Y si la gente lo ve de esa manera, que piensen lo que ellos quieran, nosotros lo mantenemos claro como profesionales.
-El apuntador es una herramienta que se usa en algunos países, como en México, ¿qué piensas de esta herramienta que utilizan algunos actores?
En conclusión, pienso que el apuntador es una herramienta importante siempre y cuando el actor sepa como manejarla, pero si el actor se va de vago es muy perjudicial. Yo venía de trabajar sin apuntador, puesto que en Colombia no se usa, llegó un momento en la telenovela ‘Ángel Rebelde’ y tenía 20 escenas diarias, y allí la manera de trabajar consiste en obtener la pauta o el plan de trabajo cerca de las ocho de la noche del día anterior. Entonces tienes que trabajar así, a un punto en que ya no puedes, tanto así que el día que me tocó usar el apuntador, lloré y lloré muchísimo. Fue entonces cuando uno de los actores me dice: “Maritza, no te vas a sentir menos actriz, apréndelo a usar y verás que va a ser beneficioso para ti”, así que lo asumí y ahora soy una experta al usarlo. Ahora que estuve de los dos lados, lo que puedo decir, que el apuntador me parece una herramienta muy necesaria dependiendo del estilo de trabajo que lleves. Cuando te avisan un día antes, no tienes forma de programar, de estudiar, por lo que constituye una muy buena herramienta, ya que no te desgastas tanto. El apuntador es un apoyo, con el cual te equivocas menos, sin embargo, con él lo único que puede perjudicar a un actor es acostumbrarse, volverse vago, no estudiar, no leer, llegar a estar pendiente que te digan la letra. Entonces empieza a ser falso, a sonar recitado y por consiguiente la memoria se altera.
-¿Y en la telenovela de ‘El Rostro de Analía’, como trabajáis?
El equipo de exteriores trabaja sin apuntador y, por el contrario, el equipo de estudio trabaja con apuntador, por lo que al grabar exteriores me cuesta un poco más memorizar, debido a la falta de práctica. Las producciones que he hecho en Miami han sido realizadas siempre con apuntador, de modo que cuando debo grabar exteriores me cuesta mucho, me toma más tiempo para estudiar de lo que me tomaba antes. Sin embargo, todo es un sistema, así, en Colombia se entrega una pauta quince días antes de la grabación, contaba con la suerte que siempre agarraba los domingos y estudiaba todo lo de la semana, y más o menos calculaba los tiempos, de forma que como la memoria está activa, entonces es más fácil memorizar el texto. Todo el equipo de producción sabe que el actor está trasnochado y tuvo que haber estudiado, pero aquí no ocurre eso, entonces todo se adapta dependiendo de los sistemas.
-‘Vuelo 1503’ fue el remake de una exitosa serie americana, y fue también tu más reciente personaje en Colombia, sin embargo, a pesar de que la serie tuvo todas las cartas a su favor, no le fue muy bien en audiencia, ¿por qué crees que no funcionó?
Como se dice en la industria, el éxito no se cuestiona, hice el trabajo que tenía que hacer. A mí me llamó mucho la atención el proyecto, por lo cual decidí irme, porque era otro cuento, era romper con el glamour, sin embargo pienso que no calcularon muy bien hasta qué punto la historia de la selva iba a saturar al espectador. Lamentablemente, llegó a ser empalagosa, aunque muy buena la historia, debió combinar un poco más la selva con la cotidianidad normal de una ciudad. La historia de la telenovela está clara, pero cuando quieren hacer algo riesgoso, las personas involucradas tienen que medir siempre que no pueden dejar de considerar la línea de la telenovela, porque o es serie o es novela. Esas fusiones tienen que cuidarse, creo que eso se le salió de las manos a Caracol, por eso, aunque pueda sonar acusativa mi opinión, pienso que no fue una producción fácil para uno como actor, pero definitivamente fue interesante.
-¿Qué herramientas utilizas para la memorización de textos en tus personajes?
Se hace fácil, cuando uno conoce la historia, nunca he dejado de leerme un sólo libreto de la telenovela en la que he trabajado, eso me ayuda mucho, porque así entiendo hacia dónde me dirijo, de donde viene mi compañero, me permite conocer bien al personaje, la razón de las escenas, el por qué y el para qué, luego es simplemente comprender la escena y en consecuencia la memorizas rápido, no es tan difícil.
-¿Y cuándo te volveremos a ver trabajando en tu natal Colombia?
Gracias a Dios siempre me han llamado para trabajar en Colombia, por eso, apenas pude, pues lo hice, en esa oportunidad con ‘Vuelo 1503’. Sin embargo, el año pasado firmé contrato de exclusividad con Telemundo, por tres proyectos, el primero de ellos fue ‘El rostro de Analía’, en el cual estoy actualmente en desarrollo, por lo que no puedo trabajar con nadie más en cuanto a televisión se refiere, pero sí puedo hacer teatro y cine en cualquier país que quiera. Si voy a Colombia hago las telenovelas que hace RTI para Telemundo, pero en un canal colombiano estaré cuando termine mi contrato, ya que en este momento no podría, pero obviamente me encanta, me gusta porque son otro tipo de historias, es la manera de actuar, yo soy colombiana, mi público es colombiano, además tengo la escuela de actuación en Colombia, la agencia de modelaje, mi familia, tengo mucha gente que me escribe pidiéndome que regrese a mi país, además, soy la primera en querer hacerlo.
-¿Cómo es un día normal en la vida de Maritza?
De paz. Cuando no trabajo, me levanto, hago el desayuno, montamos en bicicleta con mi marido (Joshua), vamos a la playa y compartimos con los niños. Somos un equipo, yo lo apoyo y él a mí. Me gusta cocinar en la casa y compartir momentos solo para nosotros.
-¿Y cómo te ha ido de madrastra de los hijos de Joshua?
Es un rol nuevo porque nunca antes lo viví, pero soy paciente y los niños también lo son conmigo. Compartimos tiempo, pero sin que ellos sientan que yo soy quien manda y la que impone las órdenes. Disfruto en extremo el día a día juntos. Hasta me dicen 'Madritza'.
-¿Tuviste miedo de jugar ese nuevo rol?
No puedo negar que al comienzo me entraron nervios, porque uno no sabe cómo entrar en una relación cuando hay hijos. No se sabe qué va a pasar, pero las cosas fueron fluyendo de una forma positiva. Es como si entrara a una novela, justo en la mitad de la historia, pero, entre nosotros, hay una conversación clara y limpia. Me quieren mucho y me respetan.
-No es fácil ganarse el cariño de los preadolescentes, ¿cómo lo lograste?
Les respeto la convivencia que tienen con su papá, pero le agradezco a Dios que son niños muy dedicados, cariñosos y cultos. Vamos a la piscina juntos, jugamos o los recojo en el colegio, vamos a cine y somos cómplices.
-¿Y te estás preparando para ser madre?
Lo deseo, lo quiero, lo deseamos, pero está en medio un contrato y uno debe responder. Me contrataron por tres proyectos, este es el primero; ya veremos, pero el bebé llegará. En ningún momento se me ha pasado por la cabeza que los niños son mi escuela. Voy a debutar cuando sea mamá. Me gustaría tener una nena en el 2010 y queremos que se llame Laura.
-¿Cómo logras mantener un matrimonio cuando los dos viajáis tanto?
El amor es un lazo fuerte, pero la base principal es preocuparse por fortalecer la confianza y trabajamos para eso. Quiero que él sienta que yo estoy aquí, sin estar acá. Nunca hay mentiras entre nosotros y nunca se me pasa por la cabeza que él me pueda mentir. No dudo.
-¿Pero a veces hay celos?
Si ficho a alguien que mira a mi marido con insistencia, es imposible no sentir cosquillitas porque lo amo, pero confío en lo que le estoy dando a él y no creo que él pueda quebrarse frente a alguien. Lo que uno decreta es lo que uno atrae y sé que en mi casa nunca va a llegar la infidelidad ni de parte mía, ni de la de él.
-Ahora estas más delgada, ¿cambió tu rutina de ejercicios?
Me estoy cuidando mucho porque desde que llegué a Estados Unidos me estresa un poco saber que todo tiene hormonas. Pensé que estaba enferma del colon, pero no, y terminé comiendo muchas cosas integrales, lácteos de soya, dejé el pollo y la carne roja. Hago ejercicio tres veces a la semana con una entrenadora argentina y no dejo mis masajes con Gloria Hincapié cada tres días.
-¿Y qué piensas de las cirugías plásticas?
En 1994, cuando participé en Miss Mundo, me hice la nariz y una liposucción, pero ya tengo varias cirugías reservadas para mi vejez y para cuando sea mamá, por si quedo gordita.
-¿Cuáles son tus planes para un futuro cercano?
Quiero descansar un poco, aunque como este trabajo fue tan rico, no sentí el peso de las jornadas. Pienso ir a Colombia en para arreglar unas cosas personales. Planeo lanzar una línea de productos, es algo grande. También nos hemos unido con algunos de los personajes de esta novela para hacer una historia de teatro. Además, grabamos un demo para el canal; se trata de una historia con tres mujeres protagonistas.
-¿Y el descanso?
Estoy esperando terminar e irme a Orlando para pasar un ratico y compartir con mi hermano Ramiro y luego voy para Israel con mis papás y mi hermana mayor. Siempre quise regalarles ese viaje.
Gabriel Porras
Carlos Gabriel Porras Flores, su verdadero nombre, nació el 13 de febrero de 1968 en la Ciudad de México. El actor mexicano comenzó su carrera de actuación en TV Azteca, en telenovelas como ‘Tres Veces Sofía’, con la diva mexicana Lucía Méndez y ‘Tío Alberto’. Su carrera artística se consolida con su primer papel de protagonista en ‘Alma Herida’, una telenovela producida por Telemundo y NBC Universal. En está novela compartió créditos con la actriz mexicana Itatí Cantoral, con quien mantuvo una relación.
Después de disfrutar de su brillante participación en ‘Madre Luna’, Gabriel Porras regresó a las pantallas de Telemundo para dar vida a Ricky Montana, su maquiavélico personaje en ‘El Rostro de Analía’. Haciendo un balance de su vida personal, Gabriel desde hace cuatro años comparte una relación sentimental con la también actriz Sonya Smith.
-De rico hacendado a cabecilla de una banda de mafiosos...
Un cambio radical, pero atractivo. He dejado los arrozales para tomar las armas. Llevaba tiempo haciendo de bueno, inmaculado, arrepentido y me sedujo variar de registro. Incluso me he quitado las canas de ‘Madre Luna’ para ofrecer un aspecto más joven.
-¿También has olvidado las diferencias que tuviste con Amparo Grisales, tu compañera?
Sí. No pudimos terminar como amigos, pero nos despedimos con cordialidad. De hecho, si me ofrecen otro proyecto en el que participe ella, no tendré inconveniente en aceptarlo. Eso sí, me esforzaría para conseguir que se sintiera más a gusto.
-Se comenta que Amparo va de diva por la vida, ¿y tú?
No, para nada. Creo en el trabajo en equipo y en que las producciones no son obra de uno, sino de un equipo. En muchas ocasiones he trabajado con actores que se consideraban superiores a los demás y no me he sentido cómodo. No me agrada en absoluto esta manera de ser.
-¿Eres una persona transparente?
Lo intento, pero también confieso que todos guardamos con celo parcelitas de nuestra vida. Tengo mis lados oscuros, pero procuro mostrar una actitud positiva.
-¿Gabriel Porras es capaz de perder los papeles en público?
No, tienen que llevarme al límite para conseguirlo.
-¿Qué te desquicia?
Los aires de grandeza de la gente y las leyes de algunos países, que me parecen demasiado estrictas.
-¿Tienes mucho carácter?
Sí, y muy fuerte. Trato de ser dócil, pero...
-¿Y alguna vez has sido infiel?
Sí, me han tenido que perdonar alguna cosita. Pero yo he hecho lo mismo cuando a mí me han engañado. Es muy difícil ser fiel y pienso que si no tuviéramos tanto empeño en serlo, lo llevaríamos mejor y lo conseguiríamos. Todos los seres humanos estamos expuestos a este tipo de situaciones complicadas.
-¿Se puede volver a confiar en una persona que te ha engañado?
Una vez lo conseguí, aunque reconozco que siempre estaba con la mosca detrás de la oreja. Al cabo de dos años la relación terminó, pero por otros motivos. Soy una persona muy bohemia e inquieta, me gusta viajar y no paro mucho tiempo en un sitio fijo, y ella no compartía conmigo esta forma de vida.
-¿Has vivido algún amor prohibido como te ocurre en la ficción?
Sí. Es un personaje público de México y es 23 años mayor que yo. No digo quién es porque no me quiero meter en problemas; siempre hay que quedar como un señor.
-Entonces, ¿eres de los que piensas que en el amor no hay edad?
Ni clases sociales, ni fronteras. Los seres humanos tenemos el derecho de enamorarnos de quién nos haga enamorar. El físico, las edades y este tipo de cosas son lo de menos. Yo me suelo fijar en el interior de las personas y en su carácter.
-Montana está obsesionado por el dinero y por una mujer, Analía, ¿a ti te ocurre lo mismo?
No soy ambicioso. Sólo aspiro a tener dinero para comer y vivir. Respecto a lo de las mujeres, he de reconocer que sí me he obsesionado con dos o tres en mi vida. Pero, ahora que lo veo desde la distancia, no sé si fue amor o más bien una pasión insana.
-¿Prefieres amar o que te amen?
Debe existir reciprocidad. De lo contrario, alguien muere.
-¿Reside en ello el éxito de tu relación con Sonya Smith?
Sí, y en muchas cosas más. El amor que sentimos hoy no es el mismo que al conocernos; antes incluso llorábamos escuchando canciones. Ahora es más sólido.
-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?
Cuatro años, nos casamos en Miami el 21 de febrero del 2008. Fue por lo civil, nos falta la ceremonia religiosa, pero tenemos que encontrar un hueco en la agenda. Me encantaría que fuera en México en el mes de junio y en la noche de San Juan, que es la más larga del año.
-¿Cuál es el secreto para conseguir mantener una estabilidad sentimental y no caer en los mismos errores que tu personaje?
Hay que ser cómplices todos los días y aceptar que el universo femenino y el masculino son diferentes, y por lo tanto tenemos que adaptarnos a las necesidades del otro para sorprenderle. Requiere mucho esfuerzo, pero se puede conseguir.
-¿Deseáis ser padres?
Nos gusta la idea, pero necesitamos madurarla. Eso sí, ensayamos todos los días que estamos juntos (risas).
-¿Y cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy preparando una obra de teatro, ‘Todos los hombres son iguales y las mujeres también’.
Después de disfrutar de su brillante participación en ‘Madre Luna’, Gabriel Porras regresó a las pantallas de Telemundo para dar vida a Ricky Montana, su maquiavélico personaje en ‘El Rostro de Analía’. Haciendo un balance de su vida personal, Gabriel desde hace cuatro años comparte una relación sentimental con la también actriz Sonya Smith.
-De rico hacendado a cabecilla de una banda de mafiosos...
Un cambio radical, pero atractivo. He dejado los arrozales para tomar las armas. Llevaba tiempo haciendo de bueno, inmaculado, arrepentido y me sedujo variar de registro. Incluso me he quitado las canas de ‘Madre Luna’ para ofrecer un aspecto más joven.
-¿También has olvidado las diferencias que tuviste con Amparo Grisales, tu compañera?
Sí. No pudimos terminar como amigos, pero nos despedimos con cordialidad. De hecho, si me ofrecen otro proyecto en el que participe ella, no tendré inconveniente en aceptarlo. Eso sí, me esforzaría para conseguir que se sintiera más a gusto.
-Se comenta que Amparo va de diva por la vida, ¿y tú?
No, para nada. Creo en el trabajo en equipo y en que las producciones no son obra de uno, sino de un equipo. En muchas ocasiones he trabajado con actores que se consideraban superiores a los demás y no me he sentido cómodo. No me agrada en absoluto esta manera de ser.
-¿Eres una persona transparente?
Lo intento, pero también confieso que todos guardamos con celo parcelitas de nuestra vida. Tengo mis lados oscuros, pero procuro mostrar una actitud positiva.
-¿Gabriel Porras es capaz de perder los papeles en público?
No, tienen que llevarme al límite para conseguirlo.
-¿Qué te desquicia?
Los aires de grandeza de la gente y las leyes de algunos países, que me parecen demasiado estrictas.
-¿Tienes mucho carácter?
Sí, y muy fuerte. Trato de ser dócil, pero...
-¿Y alguna vez has sido infiel?
Sí, me han tenido que perdonar alguna cosita. Pero yo he hecho lo mismo cuando a mí me han engañado. Es muy difícil ser fiel y pienso que si no tuviéramos tanto empeño en serlo, lo llevaríamos mejor y lo conseguiríamos. Todos los seres humanos estamos expuestos a este tipo de situaciones complicadas.
-¿Se puede volver a confiar en una persona que te ha engañado?
Una vez lo conseguí, aunque reconozco que siempre estaba con la mosca detrás de la oreja. Al cabo de dos años la relación terminó, pero por otros motivos. Soy una persona muy bohemia e inquieta, me gusta viajar y no paro mucho tiempo en un sitio fijo, y ella no compartía conmigo esta forma de vida.
-¿Has vivido algún amor prohibido como te ocurre en la ficción?
Sí. Es un personaje público de México y es 23 años mayor que yo. No digo quién es porque no me quiero meter en problemas; siempre hay que quedar como un señor.
-Entonces, ¿eres de los que piensas que en el amor no hay edad?
Ni clases sociales, ni fronteras. Los seres humanos tenemos el derecho de enamorarnos de quién nos haga enamorar. El físico, las edades y este tipo de cosas son lo de menos. Yo me suelo fijar en el interior de las personas y en su carácter.
-Montana está obsesionado por el dinero y por una mujer, Analía, ¿a ti te ocurre lo mismo?
No soy ambicioso. Sólo aspiro a tener dinero para comer y vivir. Respecto a lo de las mujeres, he de reconocer que sí me he obsesionado con dos o tres en mi vida. Pero, ahora que lo veo desde la distancia, no sé si fue amor o más bien una pasión insana.
-¿Prefieres amar o que te amen?
Debe existir reciprocidad. De lo contrario, alguien muere.
-¿Reside en ello el éxito de tu relación con Sonya Smith?
Sí, y en muchas cosas más. El amor que sentimos hoy no es el mismo que al conocernos; antes incluso llorábamos escuchando canciones. Ahora es más sólido.
-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?
Cuatro años, nos casamos en Miami el 21 de febrero del 2008. Fue por lo civil, nos falta la ceremonia religiosa, pero tenemos que encontrar un hueco en la agenda. Me encantaría que fuera en México en el mes de junio y en la noche de San Juan, que es la más larga del año.
-¿Cuál es el secreto para conseguir mantener una estabilidad sentimental y no caer en los mismos errores que tu personaje?
Hay que ser cómplices todos los días y aceptar que el universo femenino y el masculino son diferentes, y por lo tanto tenemos que adaptarnos a las necesidades del otro para sorprenderle. Requiere mucho esfuerzo, pero se puede conseguir.
-¿Deseáis ser padres?
Nos gusta la idea, pero necesitamos madurarla. Eso sí, ensayamos todos los días que estamos juntos (risas).
-¿Y cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy preparando una obra de teatro, ‘Todos los hombres son iguales y las mujeres también’.
Karla Monroig
Karla Monroig interpreta a Isabel, en la telenovela original de la cadena Telemundo, ‘El Rostro de Analía’. El rostro de Karla no es ajeno al público, pero tampoco al de China. Y es que la actriz puertorriqueña, quien disfruta de las mieles del matrimonio con Tommy Torres, se ve hasta en territorio asiático, donde al igual que Eslovenia, Panamá y República Dominicana, fue adquirida la telenovela ‘El Rostro de Analía’.
Nada más acabar de dar vida a Isabel en ‘El Rostro de Analía’, la actriz puertorriqueña se sumió al papel de una drogadicta en la telenovela ‘Más sabe El Diablo’, metiéndose en la piel de Virginia, una drogadicta.
-¿Cómo definirías tu personaje de Isabel?
Alegre, divertido, pero con mucho carácter y eso la lleva a ser maravillosa a nivel actoral. Soy la confidente y madrina de la hija de la protagonista. Es sumamente leal a sus amistades y a la Familia Montiel, dueña de una aerolínea privada. Isabel es quien fue descubriendo muchas cosas y guardando información, dándose cuenta de lo que los villanos quieren hacer en contra de su amiga y guardando evidencias para usarlas a favor de ella.
-¿Por qué tomaste la decisión de aceptar el papel que te ofrecieron en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Tuve la oportunidad de tener de frente varios personajes, pero desde que leí este, fue un clic inmediato. Sentía que necesitaba algo como esto.
-¿Qué ha significado este último trabajo en tu carrera?
Cada proyecto para mí es como el primero. Le pongo las mismas ganas, el mismo respeto, dedicación y preparación, porque se empieza de cero a crear el personaje, a darle vida y es lo que amo de mi trabajo y del género de la telenovela.
-¿Y qué significa para ti tu país natal, Puerto Rico?
Cuando hago mis proyectos, los hago pensando en Puerto Rico y si se van a pasar en Puerto Rico. Todo lo hago pensando en mi país. Es algo más fuerte que yo.
-¿Y cómo te has sentido trabajando al lado de Daniel Lugo?
Es un maestro de la actuación. Son muchas las ocasiones en que me siento a escuchar sus historias. No me canso, porque siempre tiene algo que decir y yo algo que aprender.
-Recientemente te casaste con el cantautor Tommy Torres, ¿cómo te sientes ahora que eres una mujer casada?
Fascinada. Fue muy importante ese periodo de conocernos y estoy feliz, complacida y a gusto con mi rol de mujer casa. El matrimonio es una bendición bien grande. En momentos donde la gente ha perdido la fe en el matrimonio, es importante volver a retomar algo tan importante en la sociedad.
-¿Y te gustaría ser madre?
Por el momento no. Es bien importante para nosotros disfrutarnos el matrimonio, además que las agendas están bien cargadas y creo que un bebé es una responsabilidad bien grande y ojala llegue esa bendición, que es dar vida.
-¿Cómo te sientes cuando hay publicaciones que te ven como una de las mujeres más bellas del medio?
Más allá de la belleza física, destacan la labor filantrópica y los logros profesionales, pero yo me siento feliz, no porque el estar primera me haga sentir más bella, sino la más querida.
-Tras finalizar las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’, comenzaste ‘Más sabe El Diablo’, ¿cómo es tu personaje en este último melodrama?
Es un personaje muy real, que lamentablemente lo vemos en la sociedad de hoy día. Estoy haciendo un personaje que tiene problemas de autoestima, una mujer muy segura frente a los demás, pero cuando se encierra en la soledad de su hogar tiene muchísimas inseguridades y busca un falso refugio en las drogas.
-¿Y cómo te has sentido en las escenas en las que simulas inhalar droga?
Ha sido bien impactante para mí.
-¿Qué representa el papel de Virginia en tu carrera artística?
Es un papel sumamente fuerte, creo que el más 'retante' de toda mi carrera porque nunca había tenido la oportunidad de tocar el tema de las drogas.
-¿En qué se diferencian los personajes de Isabel y Virginia?
En el personaje de ‘El Rostro de Analía’ es una mujer más femenina, aunque de carácter fuerte, y el de Virginia un poquito más práctica, no es una mujer que use maquillaje, que viste de forma masculina y que lo único que quiere es el éxito profesional y así acaparar la atención de su padre.
-Durante las grabaciones, en Miami, estarás alejada de tu esposo, el cantautor Tommy Torres, que radica en Puerto Rico, ¿cómo haces para verle?
Nada más acabar de dar vida a Isabel en ‘El Rostro de Analía’, la actriz puertorriqueña se sumió al papel de una drogadicta en la telenovela ‘Más sabe El Diablo’, metiéndose en la piel de Virginia, una drogadicta.
-¿Cómo definirías tu personaje de Isabel?
Alegre, divertido, pero con mucho carácter y eso la lleva a ser maravillosa a nivel actoral. Soy la confidente y madrina de la hija de la protagonista. Es sumamente leal a sus amistades y a la Familia Montiel, dueña de una aerolínea privada. Isabel es quien fue descubriendo muchas cosas y guardando información, dándose cuenta de lo que los villanos quieren hacer en contra de su amiga y guardando evidencias para usarlas a favor de ella.
-¿Por qué tomaste la decisión de aceptar el papel que te ofrecieron en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Tuve la oportunidad de tener de frente varios personajes, pero desde que leí este, fue un clic inmediato. Sentía que necesitaba algo como esto.
-¿Qué ha significado este último trabajo en tu carrera?
Cada proyecto para mí es como el primero. Le pongo las mismas ganas, el mismo respeto, dedicación y preparación, porque se empieza de cero a crear el personaje, a darle vida y es lo que amo de mi trabajo y del género de la telenovela.
-¿Y qué significa para ti tu país natal, Puerto Rico?
Cuando hago mis proyectos, los hago pensando en Puerto Rico y si se van a pasar en Puerto Rico. Todo lo hago pensando en mi país. Es algo más fuerte que yo.
-¿Y cómo te has sentido trabajando al lado de Daniel Lugo?
Es un maestro de la actuación. Son muchas las ocasiones en que me siento a escuchar sus historias. No me canso, porque siempre tiene algo que decir y yo algo que aprender.
-Recientemente te casaste con el cantautor Tommy Torres, ¿cómo te sientes ahora que eres una mujer casada?
Fascinada. Fue muy importante ese periodo de conocernos y estoy feliz, complacida y a gusto con mi rol de mujer casa. El matrimonio es una bendición bien grande. En momentos donde la gente ha perdido la fe en el matrimonio, es importante volver a retomar algo tan importante en la sociedad.
-¿Y te gustaría ser madre?
Por el momento no. Es bien importante para nosotros disfrutarnos el matrimonio, además que las agendas están bien cargadas y creo que un bebé es una responsabilidad bien grande y ojala llegue esa bendición, que es dar vida.
-¿Cómo te sientes cuando hay publicaciones que te ven como una de las mujeres más bellas del medio?
Más allá de la belleza física, destacan la labor filantrópica y los logros profesionales, pero yo me siento feliz, no porque el estar primera me haga sentir más bella, sino la más querida.
-Tras finalizar las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’, comenzaste ‘Más sabe El Diablo’, ¿cómo es tu personaje en este último melodrama?
Es un personaje muy real, que lamentablemente lo vemos en la sociedad de hoy día. Estoy haciendo un personaje que tiene problemas de autoestima, una mujer muy segura frente a los demás, pero cuando se encierra en la soledad de su hogar tiene muchísimas inseguridades y busca un falso refugio en las drogas.
-¿Y cómo te has sentido en las escenas en las que simulas inhalar droga?
Ha sido bien impactante para mí.
-¿Qué representa el papel de Virginia en tu carrera artística?
Es un papel sumamente fuerte, creo que el más 'retante' de toda mi carrera porque nunca había tenido la oportunidad de tocar el tema de las drogas.
-¿En qué se diferencian los personajes de Isabel y Virginia?
En el personaje de ‘El Rostro de Analía’ es una mujer más femenina, aunque de carácter fuerte, y el de Virginia un poquito más práctica, no es una mujer que use maquillaje, que viste de forma masculina y que lo único que quiere es el éxito profesional y así acaparar la atención de su padre.
-Durante las grabaciones, en Miami, estarás alejada de tu esposo, el cantautor Tommy Torres, que radica en Puerto Rico, ¿cómo haces para verle?
Mientras continúo mi trabajo en la telenovela, seguiré viajando entre Puerto Rico y Miami para poder reunirme con mi esposo.
Daniel Lugo
Más de cuatro décadas dedicado al arte, le garantizan a Daniel Lugo su vigencia en esta y futuras generaciones. Como el Doctor Armando Rivera en la telenovela ‘El rostro de Analía’, el actor también acaricia la inmortalidad física, pero alejada del romanticismo del legado.
Como parte de la historia de Humberto "Kiko" Olivieri, su personaje es quien reconstruye, por equivocación, el rostro de la protagonista con el de “su asesina”, lo que sirve de detonante a la trama.
El actor puertorriqueño, quien recientemente ha tenido una participación especial en la novela ‘Pecados ajenos’, destacó el ambiente que domina en el set de grabación de la telenovela ‘El Rostro de Analía’, donde coincide con su compatriota Karla Monroig y con la venezolana Flor Núñez, con quien protagonizó tres telenovelas en Venezuela.
-¿Qué nos puedes contar de tu personaje en la telenovela ‘El rostro de Analía’?
Esta telenovela tiene muchos elementos que tienen que ver con experimentación genética humana, con cómo conservar las células humanas y hasta coquetear con la posibilidad de la inmortalidad. Todo sucede a partir de mi personaje y de las investigaciones que este profesor, de manera secreta en su laboratorio privado, pone en práctica con la protagonista (Elizabeth Gutiérrez).
-¿Cómo te sentiste al coincidir de nuevo con Karla Monroig y Flor Núñez en la telenovela?
Hicimos tres novelas corridas, de Kiko Olivieri por cierto, y entre ambos existe un cariño personal y una buena amistad. Siento una profunda admiración por Flor, aunque en esta novela no tenemos muchas escenas juntos. Con Karla, sin embargo, tengo gran cantidad de escenas. Me dio un gran placer compartir con ella. Siempre es agradable ver cómo surge una nueva generación y se impone por su talento.
-Has tenido en esta novela varias escenas con la protagonista Elizabeth Gutiérrez...
Es una actriz que tal vez no se sepa mucho de ella, sin embargo, su trabajo es impresionante, de una gran calidad. Tiene una fuerza y una dulzura, que nos ha hecho admirarla.
-¿Y qué piensas de las historias que escribe Kiko Olivieri?
Olivieri tiene una gran habilidad para la redacción de sus propuestas. Son muy dinámicas y suelen sorprender a todos, incluso a nosotros mismos, porque les da vueltas sorprendentes.
-Antes de radicarte en Miami para ‘El Rostro de Analía’, participaste en la telenovela colombiana ‘La hija del mariachi’ y en la serie ‘Mujeres asesinas’, ¿cómo fue la experiencia de trabajar en Colombia?
A ‘La hija del mariachi’ le tengo un cariño especial y me encantó el resultado final y, cuando hice la serie ‘Mujeres asesinas’, un proyecto muy fuerte, que en mi caso fue un reto, porque de 40 capítulos, teniendo siempre una protagonista mujer, fui el único varón, haciendo de transformista. Fue una experiencia única. Nunca imaginé hacer un papel como eso, pero el resultado fue excelente y me gustaría mucho que mi pueblo lo viera. Es algo que he lamentado en el pasado.
-Has participado en varias producciones fuera de tu país, ¿no has tenido aún la oportunidad de trabajar en Puerto Rico?
Es algo que escapa a las manos de los mismos puertorriqueños. No culpo a mi país por la falta de oportunidades que he padecido en mi país. Lo que lamento, es que trabajos de los que me siento orgulloso no se hayan visto.
-A pesar de ser un hombre maduro, estás en tu mejor momento en la actuación...
Hay mucha gente joven envuelta, pero siempre hace falta algún madurito (risas).
-¿Y qué proyectos nuevos te esperan después de acabar la grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Como parte de la historia de Humberto "Kiko" Olivieri, su personaje es quien reconstruye, por equivocación, el rostro de la protagonista con el de “su asesina”, lo que sirve de detonante a la trama.
El actor puertorriqueño, quien recientemente ha tenido una participación especial en la novela ‘Pecados ajenos’, destacó el ambiente que domina en el set de grabación de la telenovela ‘El Rostro de Analía’, donde coincide con su compatriota Karla Monroig y con la venezolana Flor Núñez, con quien protagonizó tres telenovelas en Venezuela.
-¿Qué nos puedes contar de tu personaje en la telenovela ‘El rostro de Analía’?
Esta telenovela tiene muchos elementos que tienen que ver con experimentación genética humana, con cómo conservar las células humanas y hasta coquetear con la posibilidad de la inmortalidad. Todo sucede a partir de mi personaje y de las investigaciones que este profesor, de manera secreta en su laboratorio privado, pone en práctica con la protagonista (Elizabeth Gutiérrez).
-¿Cómo te sentiste al coincidir de nuevo con Karla Monroig y Flor Núñez en la telenovela?
Hicimos tres novelas corridas, de Kiko Olivieri por cierto, y entre ambos existe un cariño personal y una buena amistad. Siento una profunda admiración por Flor, aunque en esta novela no tenemos muchas escenas juntos. Con Karla, sin embargo, tengo gran cantidad de escenas. Me dio un gran placer compartir con ella. Siempre es agradable ver cómo surge una nueva generación y se impone por su talento.
-Has tenido en esta novela varias escenas con la protagonista Elizabeth Gutiérrez...
Es una actriz que tal vez no se sepa mucho de ella, sin embargo, su trabajo es impresionante, de una gran calidad. Tiene una fuerza y una dulzura, que nos ha hecho admirarla.
-¿Y qué piensas de las historias que escribe Kiko Olivieri?
Olivieri tiene una gran habilidad para la redacción de sus propuestas. Son muy dinámicas y suelen sorprender a todos, incluso a nosotros mismos, porque les da vueltas sorprendentes.
-Antes de radicarte en Miami para ‘El Rostro de Analía’, participaste en la telenovela colombiana ‘La hija del mariachi’ y en la serie ‘Mujeres asesinas’, ¿cómo fue la experiencia de trabajar en Colombia?
A ‘La hija del mariachi’ le tengo un cariño especial y me encantó el resultado final y, cuando hice la serie ‘Mujeres asesinas’, un proyecto muy fuerte, que en mi caso fue un reto, porque de 40 capítulos, teniendo siempre una protagonista mujer, fui el único varón, haciendo de transformista. Fue una experiencia única. Nunca imaginé hacer un papel como eso, pero el resultado fue excelente y me gustaría mucho que mi pueblo lo viera. Es algo que he lamentado en el pasado.
-Has participado en varias producciones fuera de tu país, ¿no has tenido aún la oportunidad de trabajar en Puerto Rico?
Es algo que escapa a las manos de los mismos puertorriqueños. No culpo a mi país por la falta de oportunidades que he padecido en mi país. Lo que lamento, es que trabajos de los que me siento orgulloso no se hayan visto.
-A pesar de ser un hombre maduro, estás en tu mejor momento en la actuación...
Hay mucha gente joven envuelta, pero siempre hace falta algún madurito (risas).
-¿Y qué proyectos nuevos te esperan después de acabar la grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Concluidas las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’, que se extendieron debido a la acogida en Estados Unidos, estoy radicado en Miami con mi familia y pienso que por algún tiempo lo mantendré como centro de operaciones y moverme a México, Colombia y Perú, además de mantenerme en comunicación con mi agente en Los Ángeles, donde es posible que vaya a varias audiciones.
Zully Montero
Zully Montero es una de las actrices más importantes y respetadas de la televisión hispana, siendo una pionera de las telenovelas en Estados Unidos.
Nació en la Habana, Cuba y desde niña quiso ser actriz. Su amplia trayectoria, de más de cuatro décadas, la han llevado a trabajar en diferentes mercados de los Estados Unidos y América Latina. Comenzó su carrera en su natal Cuba donde trabajó en radio, teatro y cine, incluyendo las películas ‘Memorias del Subdesarrollo’ y ‘Lucía’.
Su partida de Cuba la llevó hasta la ciudad de Nueva York y posteriormente a Miami, siempre acompañada de sus tres hijas Martha, Elaine y Jezabel.
Entre las producciones más importantes en las que ha participado, se encuentran: ‘Marianela’, ‘Guadalupe’, ‘El Magnate’, ‘Agua Marina’, ‘Alborada’, ‘Prisionera’, ‘La Viuda de Blanco’, ‘Amor Comprado’ y ‘El Rostro de Analía’, por mencionar algunas.
En el teatro, se ha destacado en más de 40 puestas en escena incluyendo: ‘Aire Frío’, ‘Bodas de Sangre’, ‘La Casa de Bernarda Alba’ y ‘El Dulce Pájaro de la Juventud’.
Esta actriz cubana también ha dejado su huella en el cine con cu participación en películas como: ‘El Súper’, ‘Cabo de miedo’ y ‘Full Grown Men’.
-¿Cómo te sientes de trabajar en producciones de Miami?
Antes lo que nos llegaba eran productos muy enlatados y, aunque no es fácil filmar en Estados Unidos, en términos de costo, lo que se está haciendo en Miami es fantástico. Lo que se produce aquí tiene mucho alcance mundial. Pero después de más de 15 años de producciones, aún es un bebé en pañales en comparación con los demás países hispanos que son grandes productores hace décadas.
-¿Qué te ha aportado trabajar en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Personalmente, la sabiduría de poder reconocer los errores, porque las personas somos tercas y nos cuesta reconocer que fallamos. Interpretar a Carmen me ha enseñado cómo lidiar con ciertas cosas que te suceden en la vida.
-Será difícil identificarse con una mujer así, como Carmen, tu personaje de ‘El Rostro de Analía’...
No, yo tengo un gran cariño por la familia, porque a mí me gusta estar con mis hijas y mis nietos. Y no me identifico con ella con la manera de actuar de Doña Carmen. Yo no soy tan posesiva.
-¿Y vistes como ella en la vida real?
Para nada, yo soy mucho más moderna y sexy que ella. Me gusta la moda e intento estar en la onda de lo que se lleva.
-En la pequeña pantalla vemos que eres una mujer de armas tomar, ¿y en la vida real?
Soy tímida, aunque la gente no se lo crea. Por ejemplo, en las cosas del amor, donde ahora las mujeres son más lanzadas, yo no, yo estoy chapada a la antigua. A mí me tienen que conquistar.
-Y al dar vida a tantas villanas, ¿cómo te acoge la gente en la calle?
En las calles de Miami ya no me pasa tanto porque la gente me conoce bien, pero cuando viajo a Latinoamérica, todavía la gente me grita cosas negativas. Me preguntan cómo es posible que sea así de mala. Que si no tengo corazón. Yo lo disfruto (risas).
-¿Cuál es tu mejor virtud y tu peor defecto?
Soy buena amiga y un defecto que no olvido fácilmente las cosas malas que me hacen.
-¿Eres maniática?
Mucho y muy meticulosa.
-¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu cuerpo?
Lo que más los ojos y lo que menos la celulitis.
-¿Qué te saca de quicio?
La gente mentirosa.
-¿Has hecho muchas locuras por amor cuando eras joven?
Sí, una vez me fui de casa, y pasé dos noches con mi novio. Y mi mamá... imagínate.
-Además de trabajar, ¿qué es lo que te gusta hacer?
Me encanta viajar y sueño con dar la vuelta al mundo. Me da mucha pena no conocer la idiosincrasia de cada pueblo, saber cómo piensan, cómo se expresan. Veremos si tengo la suficiente energía para hacerlo algún día.
-Si haces balance de tu carrera, ¿te consideras una privilegiada?
Totalmente, llevar viviendo 30 años de la interpretación es un privilegio, aunque he de decir que los comienzos no fueron nada fáciles.
-¿Qué consejos le darías a la gente joven que quiera dedicarse a esto?
Les diría que hay que estudiar mucho y que no todo es magia y ‘glamour’. Hay jóvenes que se piensa que tienen un guión delante y ya lo pueden hacer. No, eso requiere una preparación, incluso psicológica, para poder aceptar el rechazo del público, para admitir los errores, para ir mejorando y para ser autocrítico.
-¿Y cómo te sientes estando al lado de actores con diferentes nacionalidades y acentos?
Segura que el público no se da cuenta a menos de que sea un acento que no tiene nada que ver con el personaje. Este país es multicultural y así tienen que ser las novelas. Además así se vende mejor el producto internacionalmente. Somos los más importantes al ser quienes presentamos los conflictos que complican la trama y la hacen interesante.
-A nivel profesional, ¿qué sueño te queda por cumplir?
Nació en la Habana, Cuba y desde niña quiso ser actriz. Su amplia trayectoria, de más de cuatro décadas, la han llevado a trabajar en diferentes mercados de los Estados Unidos y América Latina. Comenzó su carrera en su natal Cuba donde trabajó en radio, teatro y cine, incluyendo las películas ‘Memorias del Subdesarrollo’ y ‘Lucía’.
Su partida de Cuba la llevó hasta la ciudad de Nueva York y posteriormente a Miami, siempre acompañada de sus tres hijas Martha, Elaine y Jezabel.
Entre las producciones más importantes en las que ha participado, se encuentran: ‘Marianela’, ‘Guadalupe’, ‘El Magnate’, ‘Agua Marina’, ‘Alborada’, ‘Prisionera’, ‘La Viuda de Blanco’, ‘Amor Comprado’ y ‘El Rostro de Analía’, por mencionar algunas.
En el teatro, se ha destacado en más de 40 puestas en escena incluyendo: ‘Aire Frío’, ‘Bodas de Sangre’, ‘La Casa de Bernarda Alba’ y ‘El Dulce Pájaro de la Juventud’.
Esta actriz cubana también ha dejado su huella en el cine con cu participación en películas como: ‘El Súper’, ‘Cabo de miedo’ y ‘Full Grown Men’.
-¿Cómo te sientes de trabajar en producciones de Miami?
Antes lo que nos llegaba eran productos muy enlatados y, aunque no es fácil filmar en Estados Unidos, en términos de costo, lo que se está haciendo en Miami es fantástico. Lo que se produce aquí tiene mucho alcance mundial. Pero después de más de 15 años de producciones, aún es un bebé en pañales en comparación con los demás países hispanos que son grandes productores hace décadas.
-¿Qué te ha aportado trabajar en la telenovela ‘El Rostro de Analía’?
Personalmente, la sabiduría de poder reconocer los errores, porque las personas somos tercas y nos cuesta reconocer que fallamos. Interpretar a Carmen me ha enseñado cómo lidiar con ciertas cosas que te suceden en la vida.
-Será difícil identificarse con una mujer así, como Carmen, tu personaje de ‘El Rostro de Analía’...
No, yo tengo un gran cariño por la familia, porque a mí me gusta estar con mis hijas y mis nietos. Y no me identifico con ella con la manera de actuar de Doña Carmen. Yo no soy tan posesiva.
-¿Y vistes como ella en la vida real?
Para nada, yo soy mucho más moderna y sexy que ella. Me gusta la moda e intento estar en la onda de lo que se lleva.
-En la pequeña pantalla vemos que eres una mujer de armas tomar, ¿y en la vida real?
Soy tímida, aunque la gente no se lo crea. Por ejemplo, en las cosas del amor, donde ahora las mujeres son más lanzadas, yo no, yo estoy chapada a la antigua. A mí me tienen que conquistar.
-Y al dar vida a tantas villanas, ¿cómo te acoge la gente en la calle?
En las calles de Miami ya no me pasa tanto porque la gente me conoce bien, pero cuando viajo a Latinoamérica, todavía la gente me grita cosas negativas. Me preguntan cómo es posible que sea así de mala. Que si no tengo corazón. Yo lo disfruto (risas).
-¿Cuál es tu mejor virtud y tu peor defecto?
Soy buena amiga y un defecto que no olvido fácilmente las cosas malas que me hacen.
-¿Eres maniática?
Mucho y muy meticulosa.
-¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu cuerpo?
Lo que más los ojos y lo que menos la celulitis.
-¿Qué te saca de quicio?
La gente mentirosa.
-¿Has hecho muchas locuras por amor cuando eras joven?
Sí, una vez me fui de casa, y pasé dos noches con mi novio. Y mi mamá... imagínate.
-Además de trabajar, ¿qué es lo que te gusta hacer?
Me encanta viajar y sueño con dar la vuelta al mundo. Me da mucha pena no conocer la idiosincrasia de cada pueblo, saber cómo piensan, cómo se expresan. Veremos si tengo la suficiente energía para hacerlo algún día.
-Si haces balance de tu carrera, ¿te consideras una privilegiada?
Totalmente, llevar viviendo 30 años de la interpretación es un privilegio, aunque he de decir que los comienzos no fueron nada fáciles.
-¿Qué consejos le darías a la gente joven que quiera dedicarse a esto?
Les diría que hay que estudiar mucho y que no todo es magia y ‘glamour’. Hay jóvenes que se piensa que tienen un guión delante y ya lo pueden hacer. No, eso requiere una preparación, incluso psicológica, para poder aceptar el rechazo del público, para admitir los errores, para ir mejorando y para ser autocrítico.
-¿Y cómo te sientes estando al lado de actores con diferentes nacionalidades y acentos?
Segura que el público no se da cuenta a menos de que sea un acento que no tiene nada que ver con el personaje. Este país es multicultural y así tienen que ser las novelas. Además así se vende mejor el producto internacionalmente. Somos los más importantes al ser quienes presentamos los conflictos que complican la trama y la hacen interesante.
-A nivel profesional, ¿qué sueño te queda por cumplir?
Me gustaría hacer cine de calidad, no comercial. He participado en películas como ‘El cabo del miedo’ con Robert de Niro, pero al final he acabado dedicándome más a las telenovelas, al teatro y a mi familia.
Pedro Moreno
El actor que brilla en la sorpresiva telenovela ‘El rostro de Analía’ nos confiesa sus sueños y lo que ha vivido para irlos alcanzando. En noviembre del año 2000, cansado de tanta pobreza y con ansias de libertad, Pedro Moreno tomó la decisión más importante de su vida: le dijo adiós a Cuba, mandó al traste sus estudios de ingeniería industrial y junto a su padre, se arriesgó a hacer realidad su sueño de llegar a Miami para poder progresar.
Han pasado ocho años desde aquel momento, y este cubano de 28 años, quien interpreta a Cristóbal en la telenovela ‘El rostro de Analía’ (de Telemundo), habló sobre su vida y su paso por la televisión. Con mucha sencillez y asegurando que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, él tiene claro que más allá de ser una cara bonita en el mundo de las telenovelas, es un hombre con talento y perseverancia para hacer realidad su más grande sueño: protagonizar y dejar huella entre los hispanos.
-¿Cómo fue la travesía de salir de Cuba?
Yo tenía 17 años y estudiaba ingeniería industrial y entonces, antes de terminar el primer año, mi papá salió a Uruguay. Él trabajaba en la Escuela Internacional de Cine y vio que había cosas mejores por fuera. Yo quería estudiar drama y me habían citado para enero del 2001, pero me escapé en noviembre. Yo también trabajaba en el campo y me pagaban un dólar el día. Mi papá tuvo varios intentos de salir de Cuba pero nunca lo consiguió y al final, cuando volvió a intentarlo, me llevó con él porque ambos queríamos libertad. Salimos en el 2000 en un bote con 20 personas. El viaje duró 20 horas. Antes de llegar al mar estuvimos caminando dos días por el monte, ese es un plan que se traza cada cubano. En mi caso, gracias a Dios estuve con mi papá todo el tiempo de esa travesía, pero fue muy difícil, vomité mucho, perdí mucho peso, se me entumieron los brazos. Fueron pocas horas, pero me pareció un siglo para poder pisar tierra y dos días después ya estábamos en Miami.
-¿Cómo fueron tus inicios hasta lograr el éxito en tu carrera artística?
Mi verdadero comienzo surgió en 'Protagonistas de novela 1', que fue el primer reality show en español en los Estados Unidos y me atrevo a decir que fue mi trampolín al medio televisivo. No gané, pero ese programa me abrió mucho las puertas. Luego tomé clases y talleres de actuación, hice cursos en cursos en Miami y, cuando tengo tiempo, me arrimo a muchos maestros como Adriana Barraza, quien me ayudó muchísimo con el problema del acento y la dicción. Muchos creen que ha sido fácil escalar, pero no, esta carrera es de resistencia y perseverancia, de aprender a levantarse y lidiar con las críticas, con el ego que muchas veces nos seduce y conozco muchos artistas a los cuales el ego los aleja de la realidad y cuando eso pasa comienzas a mermar. Debemos aprender de los más humildes. Yo le agradezco a todos los técnicos y actores con los que he trabajado y con los que trabajo hoy día porque de cada uno voy aprendiendo algo que me ayuda a mejorar mi trabajo. Mi éxito en gran parte se lo debo a ellos.
-¿En qué momento decidiste que querías ser actor?
Desde que era joven me gustaban las películas de acción y sentía que quería ser el héroe al que todos admiraban, creo que a la par de mi vida fui albergando esa inquietud hasta que apareció mi oportunidad aquí en los Estados Unidos.
-En la telenovela 'El Rostro de Analía', tu personaje es el de un policía, ¿cómo te preparaste para hacerlo más real?
Cristóbal es un personaje que a diferencia de los otros que he tenido que interpretar es más maduro y certero en sus decisiones. Es un agente especial de antinarcóticos de la ciudad de Los Ángeles que se desarrolla de forma encubierta dentro de la organización de Montana con el objetivo de atraparlo y eliminar el narcotráfico. Cuando supe las exigencias que este personaje requería, comencé a prepararme físicamente tomando clases de ‘Mui Tai’ y ‘Kick Boxing’ en Miami, con Erick "El tigre" Castanos y Manolito, como entrenadores, y con Daniel Espinosa, a los que no puedo dejar de mencionar. Fui a tomar clases de tiro a un polígono en la ciudad de Doral, comencé un trabajo de investigación para conocer más el mundo de las pandillas en Los Ángeles, ya que la historia se desenvuelve allí. Además, renté la película 'Donnie Brasco' con Johnny Depp y Al Pacino y la serie '24' y observando los movimientos de Jack Bauer en las escenas de acción y el realismo que le aporta Depp a Donny Brasco, me dieron una idea en mis previos ensayos antes de romper a grabar.
-¿En qué se parecen Cristóbal y Pedro?
Somos muy similares en la manera de tomar las decisiones. Yo me considero una persona que piensa las cosas antes de hacerlas y, como todo el mundo, tenemos impulsos y nos lanzamos a veces a la aventura y nos estrellamos, pero este personaje marca un acento en cada decisión que toma. Se parece a mí en lo romántico, pero el romance que lleva es un romance más maduro y en lo que sí no nos parecemos en nada es que él es un hombre serio y yo soy muy divertido, allí hay una diferencia, pues Cristóbal es amargo.
-¿Crees que ser un hombre bien parecido te ha ayudado a llegar donde estás?
La verdad no me considero así, me considero una persona normal, siempre me ha gustado hacer ejercicio y mantenerme en forma porque eso me pone saludable, pero no soy vanidoso y tengo los pies sobre la tierra. Esta carrera es muy difícil, muy inestable y hay que trabajar fuertemente, seguir tocando la puerta y entender que no es una carrera de 100 metros sino una carrera de resistencia y yo me la he sabido ganar.
-Con las jornadas tan largas de trabajo, ¿cómo haces para mantenerte en forma?
Trato de ir al gimnasio en mis tiempos libres y comer sano bajo en carbohidratos y más proteínas y vegetales, trato de evitar descansar más de cuatro días así que mínimo, voy tres veces por semanas al gimnasio, además que me ayuda a liberar estrés.
-Y ahora, ¿cuál es tu gran sueño: quizá Hollywood?
Han pasado ocho años desde aquel momento, y este cubano de 28 años, quien interpreta a Cristóbal en la telenovela ‘El rostro de Analía’ (de Telemundo), habló sobre su vida y su paso por la televisión. Con mucha sencillez y asegurando que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, él tiene claro que más allá de ser una cara bonita en el mundo de las telenovelas, es un hombre con talento y perseverancia para hacer realidad su más grande sueño: protagonizar y dejar huella entre los hispanos.
-¿Cómo fue la travesía de salir de Cuba?
Yo tenía 17 años y estudiaba ingeniería industrial y entonces, antes de terminar el primer año, mi papá salió a Uruguay. Él trabajaba en la Escuela Internacional de Cine y vio que había cosas mejores por fuera. Yo quería estudiar drama y me habían citado para enero del 2001, pero me escapé en noviembre. Yo también trabajaba en el campo y me pagaban un dólar el día. Mi papá tuvo varios intentos de salir de Cuba pero nunca lo consiguió y al final, cuando volvió a intentarlo, me llevó con él porque ambos queríamos libertad. Salimos en el 2000 en un bote con 20 personas. El viaje duró 20 horas. Antes de llegar al mar estuvimos caminando dos días por el monte, ese es un plan que se traza cada cubano. En mi caso, gracias a Dios estuve con mi papá todo el tiempo de esa travesía, pero fue muy difícil, vomité mucho, perdí mucho peso, se me entumieron los brazos. Fueron pocas horas, pero me pareció un siglo para poder pisar tierra y dos días después ya estábamos en Miami.
-¿Cómo fueron tus inicios hasta lograr el éxito en tu carrera artística?
Mi verdadero comienzo surgió en 'Protagonistas de novela 1', que fue el primer reality show en español en los Estados Unidos y me atrevo a decir que fue mi trampolín al medio televisivo. No gané, pero ese programa me abrió mucho las puertas. Luego tomé clases y talleres de actuación, hice cursos en cursos en Miami y, cuando tengo tiempo, me arrimo a muchos maestros como Adriana Barraza, quien me ayudó muchísimo con el problema del acento y la dicción. Muchos creen que ha sido fácil escalar, pero no, esta carrera es de resistencia y perseverancia, de aprender a levantarse y lidiar con las críticas, con el ego que muchas veces nos seduce y conozco muchos artistas a los cuales el ego los aleja de la realidad y cuando eso pasa comienzas a mermar. Debemos aprender de los más humildes. Yo le agradezco a todos los técnicos y actores con los que he trabajado y con los que trabajo hoy día porque de cada uno voy aprendiendo algo que me ayuda a mejorar mi trabajo. Mi éxito en gran parte se lo debo a ellos.
-¿En qué momento decidiste que querías ser actor?
Desde que era joven me gustaban las películas de acción y sentía que quería ser el héroe al que todos admiraban, creo que a la par de mi vida fui albergando esa inquietud hasta que apareció mi oportunidad aquí en los Estados Unidos.
-En la telenovela 'El Rostro de Analía', tu personaje es el de un policía, ¿cómo te preparaste para hacerlo más real?
Cristóbal es un personaje que a diferencia de los otros que he tenido que interpretar es más maduro y certero en sus decisiones. Es un agente especial de antinarcóticos de la ciudad de Los Ángeles que se desarrolla de forma encubierta dentro de la organización de Montana con el objetivo de atraparlo y eliminar el narcotráfico. Cuando supe las exigencias que este personaje requería, comencé a prepararme físicamente tomando clases de ‘Mui Tai’ y ‘Kick Boxing’ en Miami, con Erick "El tigre" Castanos y Manolito, como entrenadores, y con Daniel Espinosa, a los que no puedo dejar de mencionar. Fui a tomar clases de tiro a un polígono en la ciudad de Doral, comencé un trabajo de investigación para conocer más el mundo de las pandillas en Los Ángeles, ya que la historia se desenvuelve allí. Además, renté la película 'Donnie Brasco' con Johnny Depp y Al Pacino y la serie '24' y observando los movimientos de Jack Bauer en las escenas de acción y el realismo que le aporta Depp a Donny Brasco, me dieron una idea en mis previos ensayos antes de romper a grabar.
-¿En qué se parecen Cristóbal y Pedro?
Somos muy similares en la manera de tomar las decisiones. Yo me considero una persona que piensa las cosas antes de hacerlas y, como todo el mundo, tenemos impulsos y nos lanzamos a veces a la aventura y nos estrellamos, pero este personaje marca un acento en cada decisión que toma. Se parece a mí en lo romántico, pero el romance que lleva es un romance más maduro y en lo que sí no nos parecemos en nada es que él es un hombre serio y yo soy muy divertido, allí hay una diferencia, pues Cristóbal es amargo.
-¿Crees que ser un hombre bien parecido te ha ayudado a llegar donde estás?
La verdad no me considero así, me considero una persona normal, siempre me ha gustado hacer ejercicio y mantenerme en forma porque eso me pone saludable, pero no soy vanidoso y tengo los pies sobre la tierra. Esta carrera es muy difícil, muy inestable y hay que trabajar fuertemente, seguir tocando la puerta y entender que no es una carrera de 100 metros sino una carrera de resistencia y yo me la he sabido ganar.
-Con las jornadas tan largas de trabajo, ¿cómo haces para mantenerte en forma?
Trato de ir al gimnasio en mis tiempos libres y comer sano bajo en carbohidratos y más proteínas y vegetales, trato de evitar descansar más de cuatro días así que mínimo, voy tres veces por semanas al gimnasio, además que me ayuda a liberar estrés.
-Y ahora, ¿cuál es tu gran sueño: quizá Hollywood?
Todo actor va a decir lo mismo: quiero la pantalla grande, Hollywood es la meta, pero la verdad no quiero soltar las cosas que estoy haciendo en televisión hasta que no marque un sello en la televisión hispana. Quiero protagonizar una telenovela y luego sí, hacer el crossover. No me importa la edad, ahora tengo 28 años y estoy disfrutando mi oportunidad paso a paso. No quiero correr antes de gatear. También me gustaría hacer un personaje de villano. Siempre en las telenovelas me ponen de bueno y me encantaría ser un malo. Me siento preparado para ese reto y también me gustaría hacer un personaje de acción que pueda mostrar mis habilidades.
Ximena Duque
Ximena Duque es una joven que, gracias a su constancia, esfuerzos y profesionalismo, ha conseguido ganarse el título de ser una de las más bellas e inteligentes que maneja el talento juvenil de Telemundo,
Nació en Cali (Colombia) y sintió vocación por el arte y la actuación desde muy temprana edad, realizando presentaciones familiares en su casa y actuando delante de la familia hasta el punto de llorar sin razón para probar que podía actuar. Es entonces cuando comienza a formar parte del grupo de teatro de la escuela en donde se fue formando. Y vive en Estados Unidos desde los 12 años junto a su madre, quien la crío sola.
Creció en un hogar sin padre. Su madre se separó cuando la incipiente actriz era solo una niña y es esto lo que hace que cada día entienda a su madre y la admire por el hecho de ser una madre soltera y haber estado con ella como su mejor amiga. Un buen día, la madre decidió cambiar de rumbos. Ambas se mudaron a Miami para comenzar una buena vida y lograr sus sueños. El de Ximena, siempre muy bien enfocada, era ser actriz y ser una ‘Protagonista de Novela’.
En Miami, Ximena comenzó a estudiar actuación, dicción y a neutralizar su acento, ya que se dio cuenta que la industria no era tan fácil como ella se lo pensaba. Cada vez que se sentía decaer, su madre la apoyaba en todo y le daba fuerzas para seguir adelante. Su madre ha sido y sigue siendo, su confidente.
En un país nuevo y sin conocer a nadie, Ximena nunca dejó de prepararse. Empezó a tocar puertas y un buen día, una conocida le comentó del casting para un reality show llamado ‘Protagonista de Novela II’. Acompañada de su madre, realizó el casting y, muy entusiasmada, salió convencida de que sería seleccionada. Pasaron casi 3 meses sin recibir respuestas y finalmente pensó que ese había sido otro casting más que hacia sin suerte. Un buen día recibió una llamada para hacerle una segunda audición y es entonces cuando logra entrar en este maravilloso reality show. 'Protagonistas de Novela' fue el trampolín de su carrera. Visitó varias ciudades, hizo campañas publicitarias y hoy en día es la imagen de cuatro casas de ropa.
Por su participación en ‘Valeria’, la telenovela de Venevisión, Ximena conoció al actor Julián Gil, del que se enamoró y ya llevan casi un año de noviazgo.
En la actualidad, la hermosa colombiana Ximena Duque interpreta al personaje de Camila, en la telenovela ‘El Rostro de Analía’, de Telemundo, quien a diferencia de su madre, encarnada por la actriz Flor Núñez, vive en la constante búsqueda de su hermana Analía (Elizabeth Gutiérrez).
-¿Cómo es Camila, el personaje que interpretas en ‘El Rostro de Analía’?
Es un personaje bien completo, del que saco mucho y del pongo mucho de mí.
-¿Te asemejas en algo con Camila?
Como Camila tengo muchos encontronazos con mi mamá, que es un poco terca. Yo soy su fuerza. Aunque en mi casa, nunca vi a mi mamá dejarse caer por nada, nunca la vi quebrantada por ninguna situación.
-¿Qué arte te gusta más?
Yo amo la actuación, lo que he tratado de hacer es la pintura, pero no se me dio, el canto también me encanta pero no soy muy buena y creo que la actuación es lo que más me apasiona y lo que estoy desarrollando y va por muy buen camino.
-¿Cuándo comenzaste a darte cuenta que tu profesión era la actuación?
Desde que tengo uso de razón me di cuenta que lo mío era la actuación. Era bien dramática de chiquita y mi mamá me dijo “cuál es el drama, pues vamos a meterla en clases de actuación”.
-¿Qué fue lo que te cuesta más trabajando en los días largos de jornada?
Pues que yo soy muy dormilona y a veces el levantarme a las 6 de la mañana, es pesadito, pero lo hago con mucho gusto pues realmente es mi profesión.
-Estuviste en ‘Protagonistas de Novela’, ¿volverías a entrar en un reality show?
Si me dijeran en este momento si entraría a un reality show, diría que no, no porque me haya ido mal o porque haya sido una mala experiencia, sino porque tengo muchas razones para no estar alejada del mundo.
-¿Cómo fue la experiencia de participar en ‘Protagonistas de Novela’, junto a Elizabeth Gutiérrez, que ahora es tu hermana en la ficción?
Hablaba con Elizabeth de cómo nos veían en todo momento, incluso cuando te bañabas y no nos dábamos cuenta de la magnitud. Fue algo muy bonito y lo recomiendo, porque fue la manera en que me di a conocer. Sin embargo, muchos estuvieron ahí y no han hecho nada, porque la constancia es lo que cuenta en este caso.
-¿Qué proyectos tienes ahora que has acabado las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Nació en Cali (Colombia) y sintió vocación por el arte y la actuación desde muy temprana edad, realizando presentaciones familiares en su casa y actuando delante de la familia hasta el punto de llorar sin razón para probar que podía actuar. Es entonces cuando comienza a formar parte del grupo de teatro de la escuela en donde se fue formando. Y vive en Estados Unidos desde los 12 años junto a su madre, quien la crío sola.
Creció en un hogar sin padre. Su madre se separó cuando la incipiente actriz era solo una niña y es esto lo que hace que cada día entienda a su madre y la admire por el hecho de ser una madre soltera y haber estado con ella como su mejor amiga. Un buen día, la madre decidió cambiar de rumbos. Ambas se mudaron a Miami para comenzar una buena vida y lograr sus sueños. El de Ximena, siempre muy bien enfocada, era ser actriz y ser una ‘Protagonista de Novela’.
En Miami, Ximena comenzó a estudiar actuación, dicción y a neutralizar su acento, ya que se dio cuenta que la industria no era tan fácil como ella se lo pensaba. Cada vez que se sentía decaer, su madre la apoyaba en todo y le daba fuerzas para seguir adelante. Su madre ha sido y sigue siendo, su confidente.
En un país nuevo y sin conocer a nadie, Ximena nunca dejó de prepararse. Empezó a tocar puertas y un buen día, una conocida le comentó del casting para un reality show llamado ‘Protagonista de Novela II’. Acompañada de su madre, realizó el casting y, muy entusiasmada, salió convencida de que sería seleccionada. Pasaron casi 3 meses sin recibir respuestas y finalmente pensó que ese había sido otro casting más que hacia sin suerte. Un buen día recibió una llamada para hacerle una segunda audición y es entonces cuando logra entrar en este maravilloso reality show. 'Protagonistas de Novela' fue el trampolín de su carrera. Visitó varias ciudades, hizo campañas publicitarias y hoy en día es la imagen de cuatro casas de ropa.
Por su participación en ‘Valeria’, la telenovela de Venevisión, Ximena conoció al actor Julián Gil, del que se enamoró y ya llevan casi un año de noviazgo.
En la actualidad, la hermosa colombiana Ximena Duque interpreta al personaje de Camila, en la telenovela ‘El Rostro de Analía’, de Telemundo, quien a diferencia de su madre, encarnada por la actriz Flor Núñez, vive en la constante búsqueda de su hermana Analía (Elizabeth Gutiérrez).
-¿Cómo es Camila, el personaje que interpretas en ‘El Rostro de Analía’?
Es un personaje bien completo, del que saco mucho y del pongo mucho de mí.
-¿Te asemejas en algo con Camila?
Como Camila tengo muchos encontronazos con mi mamá, que es un poco terca. Yo soy su fuerza. Aunque en mi casa, nunca vi a mi mamá dejarse caer por nada, nunca la vi quebrantada por ninguna situación.
-¿Qué arte te gusta más?
Yo amo la actuación, lo que he tratado de hacer es la pintura, pero no se me dio, el canto también me encanta pero no soy muy buena y creo que la actuación es lo que más me apasiona y lo que estoy desarrollando y va por muy buen camino.
-¿Cuándo comenzaste a darte cuenta que tu profesión era la actuación?
Desde que tengo uso de razón me di cuenta que lo mío era la actuación. Era bien dramática de chiquita y mi mamá me dijo “cuál es el drama, pues vamos a meterla en clases de actuación”.
-¿Qué fue lo que te cuesta más trabajando en los días largos de jornada?
Pues que yo soy muy dormilona y a veces el levantarme a las 6 de la mañana, es pesadito, pero lo hago con mucho gusto pues realmente es mi profesión.
-Estuviste en ‘Protagonistas de Novela’, ¿volverías a entrar en un reality show?
Si me dijeran en este momento si entraría a un reality show, diría que no, no porque me haya ido mal o porque haya sido una mala experiencia, sino porque tengo muchas razones para no estar alejada del mundo.
-¿Cómo fue la experiencia de participar en ‘Protagonistas de Novela’, junto a Elizabeth Gutiérrez, que ahora es tu hermana en la ficción?
Hablaba con Elizabeth de cómo nos veían en todo momento, incluso cuando te bañabas y no nos dábamos cuenta de la magnitud. Fue algo muy bonito y lo recomiendo, porque fue la manera en que me di a conocer. Sin embargo, muchos estuvieron ahí y no han hecho nada, porque la constancia es lo que cuenta en este caso.
-¿Qué proyectos tienes ahora que has acabado las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Quiero retomar mis estudios en el ‘American Film Academy’, de Nueva York. También me gustaría trabajar en mi país (Colombia), oportunidad que hasta el momento no se ha dado. Pasaron diez años desde que me fui. Y cuando volví a Colombia fue en un plan familiar, pero me encantaría trabajar allá, con mi gente.
Alejandro Chaban
Alejandro José Chaban Rodríguez, su verdadero nombre, nació el 20 de agosto de 1981 en Maturín (Venezuela). Su familia está conformada por sus padres y tres hermanas, son una familia muy unida.
Su vocación artística viene de pequeño. A los 16 años se trasladó a Caracas para estudiar Derecho e ir tras su sueño de ser actor, iniciando así su preparación profesional, alternando con diferentes trabajos y la carrera de leyes.
Ha participado en diferentes producciones tanto en su país natal como en Estados Unidos. Entre las telenovelas en las que ha participado se encuentran: ‘Viva la Pepa’, ‘A Calzón Quitao’, ‘Monk’, ‘Engañada’, ‘Prisionera’ y ‘La Ley del Silencio’, entre otras.
Después de sus importantes apariciones en cine y televisión anglosajona, en 2008 vuelve a la pantalla chica con la producción original de Telemundo, ‘El Rostro de Analía’.
-¿Cómo es Miguel, el joven pandillero que interpretas en ‘El Rostro de Analía’?
Él es como un héroe moderno porque va por lo que quiere. Empieza como pandillero, pero su vida se transforma y dejará ese mundo para alcanzar sus sueños, cuyo interés romántico en la novela es Camila (Ximena Duque). Miguel es uno de esos personajes que todos los actores queremos que nos llegue. Está en el mundo de las pandillas, pero tiene la oportunidad de cambiar, de reivindicarse. Es un niño de la calle con unos sentimientos muy bonitos. El corazón no se le ha llenado de pandillas ni rabia. Es un ejemplo para la juventud de que sí se puede. No tienes que quedarte con “lo que Dios te dio”, hay que ser persistentes.
-¿Y cómo te sientes interpretando a Miguel?
Yo estoy enamorado de mi personaje, Miguel, porque es como el héroe moderno, pero no es un tonto típico bobo que todo le pasa y nadie se da cuenta, lucha por las cosas y no espera que le lleguen, él pelea por los sueños, es totalmente romántico y ama a su mamá por sobre todas las cosas.
-¿Qué ha significado Miguel en tu carrera artística?
Miguel ha sido todo un reto porque es pandillero, después pasa a una etapa de un universitario, se convierte en un jugador de básquet profesional, luego se vuelve dueño de todas las empresas, es un personaje con muchas matices para explotar. Además, como fui obeso en mi niñez, por eso cuando me dijeron que iba a ser un basquetbolista en ‘El Rostro de Analía’ fue un reto, porque yo de adolescente nunca pude jugar y mis compañeros se burlaban de mi, me llamaban bola, era el típico gordo traumado y nunca me dieron la oportunidad de jugar, era el que nadie quería para estar en los equipos. De alguna manera estudié, me preparé, deje eso atrás y ahora en este libro ‘De gordo a galán’, pongo las anécdotas propias que pasaron por mi vida y lo que aprendí.
-¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?
Mi carrera comenzó a los 17 años en Venezuela en una telenovela que se llamó ‘A calzón quitado’, después interpreté al hijo de Jorge Aravena y Verónica Schneider en ‘Engañada’, seguí haciendo telenovelas con Venevisión, después me vine a Miami a trabajar en ‘Prisionera’ con Gabriela Spanic donde hacia pareja con Génesis Rodríguez y luego me fui a Dallas a hacer una telenovela que se llamó ‘La ley del silencio’ y después hice ‘Devuélveme la vida’.
-¿Y tu familia te apoyó cuando decidiste ser actor?
Mi papá no quería que fuese actor y me fui por mi cuenta a hacer mis cosas, a estudiar actuación. Me quitó mis beneficios de mantenido y hasta vendí trajes de baño para vivir, incluso, hice mi primera película en Hollywood en inglés sin saber, aprendiéndome los diálogos por fonética.
-De los papeles que has interpretado, ¿cuál ha sido tu papel preferido?
Rony, personaje que interpreté en la telenovela ‘Prisionera’. Es una de las interpretaciones más importantes que he hecho, me permitió quemar etapas y hacer cosas que uno como ser humano no puedes, fue una bendición haberlo hecho al lado de Génesis Rodríguez, somos muy amigos, de alguna manera me daba confianza para poder hacer el personaje. Humberto Kico Olivieri, que es el escritor de esa historia, para mí es mágico porque sabe totalmente hacer una telenovela y sabe hasta dónde puede llegar un villano, te permite soñar por medio de los personajes.
-Tu carrera artística se ha centrado en las telenovelas, ¿te gustaría hacer cine?
Quiero hacer las dos cosas porque soy un actor y lo que tengo es que cambiar la técnica dependiendo del medio. Mucha gente tiene sus reservas con las novelas porque dicen que son sobreactuadas y lo más barato del género de la actuación, pero a mí me han dado mucha satisfacción y experiencia. Además, he participado en ‘The Perfect Game’ (2008). Y espero por el estreno en verano del cortometraje ‘The End’, en el que soy guionista, productor y actor. En la cinta participa la actriz Adriana Barraza.
-Cuando eras un niño nos has contado que eras un jovencito con obesidad y, por esto, has escrito un libro de autoayuda a las personas, ¿qué nos puedes adelantar del libro para quienes no lo han leído?
‘De gordo a galán’ no es un libro sólo de autoayuda, porque habla de alimentación y, sobre todo, de mi experiencia cuando tenía entre 15 y 16 años de edad, y en esa época me encontraba obeso y llegué a pesar 242 libras y, más tarde, rebajé 132. En el libro cuento las razones. No quiero dar detalles porque no tiene chiste y no adquirirán el libro. Pero puedo decir que la decisión vino de verme en el espejo y decir: “No quiero ser así”. Tomé la decisión de rebajar porque era la burla en el colegio, me hacían sentir ridículo, me quedaba afuera en todo y me quedaba en la banca en el juego de fútbol. Quiero decir cómo lo logré y qué hice.
-¿Y cómo te sentías cuando eras la burla en el colegio por ser gordito?
Tenía baja autoestima y ese gordito tenía un alma con miedo al mundo, hasta que un día dije “basta, ya no más”.
-¿Por qué decidiste que participasen varios artistas en tu libro?
Quise incluir gente que inspira y yo quiero inspirar a los demás.
-Ahora que se puede ver ‘Prisionera’ y ‘El Rostro de Analía’ en México, ¿te gustaría trabajar allí?
Estoy loco por ir a México, me encantaría poder trabajar allá y seguir conociendo ese país.
-¿Y te gustaría regresar a trabajar a tu natal Venezuela?
El lazo lo llevo adentro más que todo. No se ha dado la oportunidad de trabajar allá por ahora.
-Concluidas las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’, ¿qué proyectos futuros tienes?
Su vocación artística viene de pequeño. A los 16 años se trasladó a Caracas para estudiar Derecho e ir tras su sueño de ser actor, iniciando así su preparación profesional, alternando con diferentes trabajos y la carrera de leyes.
Ha participado en diferentes producciones tanto en su país natal como en Estados Unidos. Entre las telenovelas en las que ha participado se encuentran: ‘Viva la Pepa’, ‘A Calzón Quitao’, ‘Monk’, ‘Engañada’, ‘Prisionera’ y ‘La Ley del Silencio’, entre otras.
Después de sus importantes apariciones en cine y televisión anglosajona, en 2008 vuelve a la pantalla chica con la producción original de Telemundo, ‘El Rostro de Analía’.
-¿Cómo es Miguel, el joven pandillero que interpretas en ‘El Rostro de Analía’?
Él es como un héroe moderno porque va por lo que quiere. Empieza como pandillero, pero su vida se transforma y dejará ese mundo para alcanzar sus sueños, cuyo interés romántico en la novela es Camila (Ximena Duque). Miguel es uno de esos personajes que todos los actores queremos que nos llegue. Está en el mundo de las pandillas, pero tiene la oportunidad de cambiar, de reivindicarse. Es un niño de la calle con unos sentimientos muy bonitos. El corazón no se le ha llenado de pandillas ni rabia. Es un ejemplo para la juventud de que sí se puede. No tienes que quedarte con “lo que Dios te dio”, hay que ser persistentes.
-¿Y cómo te sientes interpretando a Miguel?
Yo estoy enamorado de mi personaje, Miguel, porque es como el héroe moderno, pero no es un tonto típico bobo que todo le pasa y nadie se da cuenta, lucha por las cosas y no espera que le lleguen, él pelea por los sueños, es totalmente romántico y ama a su mamá por sobre todas las cosas.
-¿Qué ha significado Miguel en tu carrera artística?
Miguel ha sido todo un reto porque es pandillero, después pasa a una etapa de un universitario, se convierte en un jugador de básquet profesional, luego se vuelve dueño de todas las empresas, es un personaje con muchas matices para explotar. Además, como fui obeso en mi niñez, por eso cuando me dijeron que iba a ser un basquetbolista en ‘El Rostro de Analía’ fue un reto, porque yo de adolescente nunca pude jugar y mis compañeros se burlaban de mi, me llamaban bola, era el típico gordo traumado y nunca me dieron la oportunidad de jugar, era el que nadie quería para estar en los equipos. De alguna manera estudié, me preparé, deje eso atrás y ahora en este libro ‘De gordo a galán’, pongo las anécdotas propias que pasaron por mi vida y lo que aprendí.
-¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?
Mi carrera comenzó a los 17 años en Venezuela en una telenovela que se llamó ‘A calzón quitado’, después interpreté al hijo de Jorge Aravena y Verónica Schneider en ‘Engañada’, seguí haciendo telenovelas con Venevisión, después me vine a Miami a trabajar en ‘Prisionera’ con Gabriela Spanic donde hacia pareja con Génesis Rodríguez y luego me fui a Dallas a hacer una telenovela que se llamó ‘La ley del silencio’ y después hice ‘Devuélveme la vida’.
-¿Y tu familia te apoyó cuando decidiste ser actor?
Mi papá no quería que fuese actor y me fui por mi cuenta a hacer mis cosas, a estudiar actuación. Me quitó mis beneficios de mantenido y hasta vendí trajes de baño para vivir, incluso, hice mi primera película en Hollywood en inglés sin saber, aprendiéndome los diálogos por fonética.
-De los papeles que has interpretado, ¿cuál ha sido tu papel preferido?
Rony, personaje que interpreté en la telenovela ‘Prisionera’. Es una de las interpretaciones más importantes que he hecho, me permitió quemar etapas y hacer cosas que uno como ser humano no puedes, fue una bendición haberlo hecho al lado de Génesis Rodríguez, somos muy amigos, de alguna manera me daba confianza para poder hacer el personaje. Humberto Kico Olivieri, que es el escritor de esa historia, para mí es mágico porque sabe totalmente hacer una telenovela y sabe hasta dónde puede llegar un villano, te permite soñar por medio de los personajes.
-Tu carrera artística se ha centrado en las telenovelas, ¿te gustaría hacer cine?
Quiero hacer las dos cosas porque soy un actor y lo que tengo es que cambiar la técnica dependiendo del medio. Mucha gente tiene sus reservas con las novelas porque dicen que son sobreactuadas y lo más barato del género de la actuación, pero a mí me han dado mucha satisfacción y experiencia. Además, he participado en ‘The Perfect Game’ (2008). Y espero por el estreno en verano del cortometraje ‘The End’, en el que soy guionista, productor y actor. En la cinta participa la actriz Adriana Barraza.
-Cuando eras un niño nos has contado que eras un jovencito con obesidad y, por esto, has escrito un libro de autoayuda a las personas, ¿qué nos puedes adelantar del libro para quienes no lo han leído?
‘De gordo a galán’ no es un libro sólo de autoayuda, porque habla de alimentación y, sobre todo, de mi experiencia cuando tenía entre 15 y 16 años de edad, y en esa época me encontraba obeso y llegué a pesar 242 libras y, más tarde, rebajé 132. En el libro cuento las razones. No quiero dar detalles porque no tiene chiste y no adquirirán el libro. Pero puedo decir que la decisión vino de verme en el espejo y decir: “No quiero ser así”. Tomé la decisión de rebajar porque era la burla en el colegio, me hacían sentir ridículo, me quedaba afuera en todo y me quedaba en la banca en el juego de fútbol. Quiero decir cómo lo logré y qué hice.
-¿Y cómo te sentías cuando eras la burla en el colegio por ser gordito?
Tenía baja autoestima y ese gordito tenía un alma con miedo al mundo, hasta que un día dije “basta, ya no más”.
-¿Por qué decidiste que participasen varios artistas en tu libro?
Quise incluir gente que inspira y yo quiero inspirar a los demás.
-Ahora que se puede ver ‘Prisionera’ y ‘El Rostro de Analía’ en México, ¿te gustaría trabajar allí?
Estoy loco por ir a México, me encantaría poder trabajar allá y seguir conociendo ese país.
-¿Y te gustaría regresar a trabajar a tu natal Venezuela?
El lazo lo llevo adentro más que todo. No se ha dado la oportunidad de trabajar allá por ahora.
-Concluidas las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’, ¿qué proyectos futuros tienes?
Tengo propuestas para dos proyectos en la pantalla grande y otro para una telenovela. No obstante, prefiero no contar los pollos antes de nacer.
Elluz Peraza
Elluz Coromoto Peraza González, su verdadero nombre, nacida en Caracas, Venezuela, el 26 de enero de 1958. La actriz se ha caracterizado por haber realizado muchos personajes de carácter durante su larga trayectoria, pero fue en la telenovela ‘Rebeca’, donde personificó a la malvada ama de llaves Sara, que llamó muchísimo la atención del público así como de los productores que no dudaron ni un momento en la versatilidad de esta guapa actriz.
La hermosa venezolana hizo historia en su país cuando renuncio a la corana del ‘Miss Venezuela’ por amor, esta noticia dio tanto de que hablar que la llamaron para trabajar como actriz en una película, carrera que ha llevado con gran profesionalismo, quien escuche su nombre en dicho país sabe inmediatamente quien es esta actriz, y desde Miami hizo su incursión en las telenovelas de Telemundo.
-¿Cómo iniciaste tu carrera como actriz?
Empecé en el medio atreves de mi renuncia a ‘Miss Venezuela’ en 1976, renuncie a las 36 horas, se hizo tanta publicidad a mí alrededor, que me llamaron de una película llamada ‘Los Tracaleros’, con Chelo Rodríguez, Orlando Urdaneta y Topo Gómez. Chelo quedó embarazada y me llamaron, el director Alfredo Lugo me hizo la prueba y, allí, conocí la actuación, a él le gustó la prueba y a mi también me gustó, eso fue lo primero que hice como actriz, de allí en adelante quise ser actriz, y en Venevisión me dieron la oportunidad junto con la actriz Yudid Castillo, quien fue la primera finalista del concurso Miss Venezuela en el que estuve. Lupita Ferrer se había ido de Venevisión y ellos estaban buscando la protagonista, ellos sintieron que yo lo debía hacer y yo les dije que estaban locos porque yo no era actriz, y empecé a estudiar y a trabajar al mismo tiempo, estuve en la escuela de teatro de Luis Columba de Nelson Ortega y me gradué en dos años.
-¿Qué sientes cuando actúas?
Siento que lo que está pasando es de verdad, me meto mucho en las escenas, estoy mirando a la persona con amor, estoy llorando con dolor, estoy sintiendo esa rabia infinita que siente ese personaje, muchas veces me ocurre cuando me ponen varias escenas de llanto durante el día, llego a la casa como deprimida porque realmente uno pasa por esos estados de ánimo y son bien fuertes y es bien agotador físicamente.
-¿Qué significa para ti tu profesión?
Un actor es una persona que es capaz de interpretar, muchas vidas de muchas personas, y ofrecer con esas interpretaciones una diversión para el público.
-¿Consideras que ya no estás en edad para ser protagonista?
Evidentemente no para hacer de niña engañada, pero hay muchas historias donde las protagonistas son mujeres adultas, divorciadas y con hijos, que siguen viviendo muchos años más y tienen muchas experiencias que contar. Lo que ocurre, es que si, tengo que reconocer que siempre hay una especie de clichés en nuestras novelas latinoamericanas y que lamentablemente, aparentemente comercialmente no resulta tan interesante una historia adulta. Yo, particularmente, sometería a encuesta ese "criterio".
-¿Con qué tipo de personajes te quedas, con las villanas o las buenas?
Me quedo con buenos personajes, sean buenas o malas, pero que sean llenos de vida, de trama dentro de la novela, con transiciones que me den la posibilidad de demostrar lo que he aprendido dentro de la actuación. Personajes interesantes en novelas interesantes.
-El escándalo de tu salida de ‘Miss Venezuela’ en esa época, dio mucho de que hablar, ¿cómo una persona de 18 años pudo sobrellevar esta situación?
No me di cuenta de todo lo que había pasado a mi alrededor, porque puse la renuncia y me fui de una vez de luna de miel, realmente nunca estuve viendo televisión, nunca me di cuenta de todo lo que había pasado hasta mucho después, que mucha gente me dijo que había salido en el noticiero, con esa música de fondo cuando ponen un extra en el informador y me explicaron toda esa publicidad escandalosa que se había hecho en los medios de comunicación, pero honestamente no lo viví, si no hasta mucho después, y en realidad la gente fue muy sensible, cuando iba a cualquier lugar, la gente me enviaba champaña, brindaban conmigo, me decían que el amor había triunfado sobre la frivolidad que en este caso era el concurso, de hecho en esa época impuse el estilo de moda el peinado con las flores, y donde quiera que yo iba la gente estaba peinada así. A pesar de mis 18 años tenia mis pies bien puestos en la tierra, por el hecho de haber impuesto una moda y dejar marcada la historia en el país. Gracias a dios nunca me deje llevar por la fama, ni se me subió a la cabeza.
-‘La mujer del presidente’ fue una telenovela con mucho éxito en Colombia y, aunque tu personaje fue corto e importante, dejo el nombre del talento venezolano en alto, ¿qué recuerdas de esta experiencia?
Yo estaba haciendo una novela en Venezuela y me llamaron para hacer el casting en Colombia. Me fui hice el casting y afortunadamente quede. En Colombia trabaje con la productora Caracol, en ese momento estaba dirigiendo la novela ‘Magdalena Larrota’, ella me dirigió, le encanto mi trabajo, yo siempre llegaba puntual, con mi letra aprendida, fui muy paciente para una cantidad de efectos que hicieron, en los que yo tenía que estar mucho tiempo inmóvil, fue una experiencia maravillosa porque fue un personaje muy importante, a pesar que fue muy corto. Al final me dieron un regalo con una tarjeta que decía que yo era embajadora de mi país. Y luego la segunda vez que me contrataron allá, fue para una telenovela que no tuvo mucho éxito llamada ‘El amor es más fuerte’, también fue una experiencia muy bonita porque me daban dos semanas de plan de trabajo, estaban súper organizados, yo sabía de que tiempo podía disponer, podía viajar, hacer muchas cosas y tenía mucha libertad. Fue fabuloso trabajar en Colombia.
-¿Por qué estuviste durante un tiempo sin trabajar en las pantallas?
Cuando deje de trabajar fue cuando enviudé, más o menos en el 83, me vine a Estados Unidos con mis hijas pequeñitas, estuve como un año y cuatro meses. Tenía ganas de empezar una vida nueva, me sentía disgustada con la prensa por como habían hecho muchas cosas, como se habían metido en mi vida. Me fui a Estados Unidos en Maryland, un sitio cerca de Washington, donde vive mi hermana. Ella todavía está en Virginia, donde estuve un tiempo allí, pero no me adapté.
-¿Y por qué decidiste irte fuera de Venezuela?
Siempre he adorado a mi país, siempre me he sentido a gusto allí, a pensar de que tenía 4 hermanos que vivían en Estados Unidos. Nunca había querido venir, hasta que el gobierno de Venezuela cambió, la inseguridad estaba imposible y me salió la posibilidad de trabajar en Miami y tomé la decisión de venirme hace 10 años.
-El apuntador es una herramienta que se usa en algunos países, ¿qué le puede perjudicar o favorecer a un actor el uso del apuntador?
En la primera telenovela en la que trabaje en Miami no se usaba el apuntador, en la penúltima que hice hace poco, con Fonovideo y Televisa, ‘Bajo las riendas del amor’, me exigieron el apuntador, pero ya lo había usado hace muchos años en Venevisión, pero como yo soy muy estudiosa, me aprendo mi letra, no se me hace pesado usar el apuntador, pienso que es una herramienta bien utilizada, que puede servir muchísimo al actor, porque si uno tiene un parlamento muy largo o una escena muy difícil y sobre todo con la dinámica que se está grabando aquí, que muchas veces le entregan a uno el capítulo el día anterior de grabar o el mismo día, entoncés es una herramienta para no estar tan pendiente de la letra y se dedique más a la actuación. El problema con el apuntador es que lamentablemente hay actores que se ponen flojos, yo prefiero no usarlo a menos que tenga parlamentos muy largos o no haya tenido mucho tiempo de memorizar.
-¿En que crees que ha cambiado la televisión venezolana?
Hace tiempo que no veo televisión venezolana, pero las ultimas que he visto, como por ejemplo por estas calles, lamentablemente de las novelas fueron más localistas, veo que ahora se están haciendo novelas mas universales, que son situaciones que le pueden ocurrir a cualquier persona del mundo, que era lo que vendía en las novelas venezolanas, pero el otro problema que veo allí es que están hablando con el léxico demasiado venezolano. Nosotros antes tratábamos de ser muy naturales, siempre marcando la buena dicción pronunciando todas las letras, se supone que un actor, así como los locutores, teníamos que tener buena dicción y si uno está interpretando una persona muy fina, muy educada, se supone que tienen que hablar como tal, no como una caraqueña o una persona muy natural dentro de Venezuela. Creo que estas cosas han mermado las ventas de telenovelas que se hacen en mi país, si es cierto que las siguen vendiendo pero no tienen el éxito que tenían antes por estas situaciones, uno por los temas muy localistas, la segunda es por el acento neutro, aquí la gente se queja mucho porque se les exige el acento neutro porque en realidad aquí en Miami muchas veces te exigen el acento muy parecido al mexicano, pero esa no es la idea, un acento neutro es cuando un actor pronuncia muy bien y la gente no logra descifrar de que país es este actor.
-¿Por qué aceptaste dar vida a Olga, en ‘El Rostro de Analía’?
Cuando me llamaron para este papel y leí el guión, me gustó por el mensaje que da. Me encanta ese personaje, a pesar de que siempre hago de mala, esta es una señora que quiere a su familia y defenderá la dignidad de su hija fallecida.
-¿Qué herramientas utilizas para preparar tus personajes?
Siempre le hago una historia a mis personajes, observo mucho, de hecho a las personas que les he dado un poco de clases de actuación, les digo unas de las mejores escuelas de actuación es la vida misma, porque no necesariamente tienes que vivir todas las cosas que vas a interpretar en un personaje; pero viendo, mirando, observando, viendo televisión, viendo cine, viendo a la gente en la calle como reacciona, es la mejor escuela que un actor puede tener. Si voy a interpretar a una esquizofrénica, pues voy a investigar, me meto en Internet, me voy a un instituto donde hay gente así, pregunto, veo, observo; pero cuando es un personaje normal de la vida diaria, como es el personaje que interpreté recientemente en ‘El Rostro de Analía’, simplemente me voy al ser humano, el cómo se siente esa mujer que ha tenido que luchar toda la vida, luchar por su hijo, que es una mujer orgullosa, y me voy alimentando de muchas cosas, ella adora a su hijo, tuvo una pérdida de una hija que creyó que estaba muerta, ella tiene ese dolor por dentro, es una mujer hachada para adelante. Entonces hay muchas formas con las que se adorna un personaje.
-¿Cómo ves el nuevo talento que incursiona en la actuación?
La hermosa venezolana hizo historia en su país cuando renuncio a la corana del ‘Miss Venezuela’ por amor, esta noticia dio tanto de que hablar que la llamaron para trabajar como actriz en una película, carrera que ha llevado con gran profesionalismo, quien escuche su nombre en dicho país sabe inmediatamente quien es esta actriz, y desde Miami hizo su incursión en las telenovelas de Telemundo.
-¿Cómo iniciaste tu carrera como actriz?
Empecé en el medio atreves de mi renuncia a ‘Miss Venezuela’ en 1976, renuncie a las 36 horas, se hizo tanta publicidad a mí alrededor, que me llamaron de una película llamada ‘Los Tracaleros’, con Chelo Rodríguez, Orlando Urdaneta y Topo Gómez. Chelo quedó embarazada y me llamaron, el director Alfredo Lugo me hizo la prueba y, allí, conocí la actuación, a él le gustó la prueba y a mi también me gustó, eso fue lo primero que hice como actriz, de allí en adelante quise ser actriz, y en Venevisión me dieron la oportunidad junto con la actriz Yudid Castillo, quien fue la primera finalista del concurso Miss Venezuela en el que estuve. Lupita Ferrer se había ido de Venevisión y ellos estaban buscando la protagonista, ellos sintieron que yo lo debía hacer y yo les dije que estaban locos porque yo no era actriz, y empecé a estudiar y a trabajar al mismo tiempo, estuve en la escuela de teatro de Luis Columba de Nelson Ortega y me gradué en dos años.
-¿Qué sientes cuando actúas?
Siento que lo que está pasando es de verdad, me meto mucho en las escenas, estoy mirando a la persona con amor, estoy llorando con dolor, estoy sintiendo esa rabia infinita que siente ese personaje, muchas veces me ocurre cuando me ponen varias escenas de llanto durante el día, llego a la casa como deprimida porque realmente uno pasa por esos estados de ánimo y son bien fuertes y es bien agotador físicamente.
-¿Qué significa para ti tu profesión?
Un actor es una persona que es capaz de interpretar, muchas vidas de muchas personas, y ofrecer con esas interpretaciones una diversión para el público.
-¿Consideras que ya no estás en edad para ser protagonista?
Evidentemente no para hacer de niña engañada, pero hay muchas historias donde las protagonistas son mujeres adultas, divorciadas y con hijos, que siguen viviendo muchos años más y tienen muchas experiencias que contar. Lo que ocurre, es que si, tengo que reconocer que siempre hay una especie de clichés en nuestras novelas latinoamericanas y que lamentablemente, aparentemente comercialmente no resulta tan interesante una historia adulta. Yo, particularmente, sometería a encuesta ese "criterio".
-¿Con qué tipo de personajes te quedas, con las villanas o las buenas?
Me quedo con buenos personajes, sean buenas o malas, pero que sean llenos de vida, de trama dentro de la novela, con transiciones que me den la posibilidad de demostrar lo que he aprendido dentro de la actuación. Personajes interesantes en novelas interesantes.
-El escándalo de tu salida de ‘Miss Venezuela’ en esa época, dio mucho de que hablar, ¿cómo una persona de 18 años pudo sobrellevar esta situación?
No me di cuenta de todo lo que había pasado a mi alrededor, porque puse la renuncia y me fui de una vez de luna de miel, realmente nunca estuve viendo televisión, nunca me di cuenta de todo lo que había pasado hasta mucho después, que mucha gente me dijo que había salido en el noticiero, con esa música de fondo cuando ponen un extra en el informador y me explicaron toda esa publicidad escandalosa que se había hecho en los medios de comunicación, pero honestamente no lo viví, si no hasta mucho después, y en realidad la gente fue muy sensible, cuando iba a cualquier lugar, la gente me enviaba champaña, brindaban conmigo, me decían que el amor había triunfado sobre la frivolidad que en este caso era el concurso, de hecho en esa época impuse el estilo de moda el peinado con las flores, y donde quiera que yo iba la gente estaba peinada así. A pesar de mis 18 años tenia mis pies bien puestos en la tierra, por el hecho de haber impuesto una moda y dejar marcada la historia en el país. Gracias a dios nunca me deje llevar por la fama, ni se me subió a la cabeza.
-‘La mujer del presidente’ fue una telenovela con mucho éxito en Colombia y, aunque tu personaje fue corto e importante, dejo el nombre del talento venezolano en alto, ¿qué recuerdas de esta experiencia?
Yo estaba haciendo una novela en Venezuela y me llamaron para hacer el casting en Colombia. Me fui hice el casting y afortunadamente quede. En Colombia trabaje con la productora Caracol, en ese momento estaba dirigiendo la novela ‘Magdalena Larrota’, ella me dirigió, le encanto mi trabajo, yo siempre llegaba puntual, con mi letra aprendida, fui muy paciente para una cantidad de efectos que hicieron, en los que yo tenía que estar mucho tiempo inmóvil, fue una experiencia maravillosa porque fue un personaje muy importante, a pesar que fue muy corto. Al final me dieron un regalo con una tarjeta que decía que yo era embajadora de mi país. Y luego la segunda vez que me contrataron allá, fue para una telenovela que no tuvo mucho éxito llamada ‘El amor es más fuerte’, también fue una experiencia muy bonita porque me daban dos semanas de plan de trabajo, estaban súper organizados, yo sabía de que tiempo podía disponer, podía viajar, hacer muchas cosas y tenía mucha libertad. Fue fabuloso trabajar en Colombia.
-¿Por qué estuviste durante un tiempo sin trabajar en las pantallas?
Cuando deje de trabajar fue cuando enviudé, más o menos en el 83, me vine a Estados Unidos con mis hijas pequeñitas, estuve como un año y cuatro meses. Tenía ganas de empezar una vida nueva, me sentía disgustada con la prensa por como habían hecho muchas cosas, como se habían metido en mi vida. Me fui a Estados Unidos en Maryland, un sitio cerca de Washington, donde vive mi hermana. Ella todavía está en Virginia, donde estuve un tiempo allí, pero no me adapté.
-¿Y por qué decidiste irte fuera de Venezuela?
Siempre he adorado a mi país, siempre me he sentido a gusto allí, a pensar de que tenía 4 hermanos que vivían en Estados Unidos. Nunca había querido venir, hasta que el gobierno de Venezuela cambió, la inseguridad estaba imposible y me salió la posibilidad de trabajar en Miami y tomé la decisión de venirme hace 10 años.
-El apuntador es una herramienta que se usa en algunos países, ¿qué le puede perjudicar o favorecer a un actor el uso del apuntador?
En la primera telenovela en la que trabaje en Miami no se usaba el apuntador, en la penúltima que hice hace poco, con Fonovideo y Televisa, ‘Bajo las riendas del amor’, me exigieron el apuntador, pero ya lo había usado hace muchos años en Venevisión, pero como yo soy muy estudiosa, me aprendo mi letra, no se me hace pesado usar el apuntador, pienso que es una herramienta bien utilizada, que puede servir muchísimo al actor, porque si uno tiene un parlamento muy largo o una escena muy difícil y sobre todo con la dinámica que se está grabando aquí, que muchas veces le entregan a uno el capítulo el día anterior de grabar o el mismo día, entoncés es una herramienta para no estar tan pendiente de la letra y se dedique más a la actuación. El problema con el apuntador es que lamentablemente hay actores que se ponen flojos, yo prefiero no usarlo a menos que tenga parlamentos muy largos o no haya tenido mucho tiempo de memorizar.
-¿En que crees que ha cambiado la televisión venezolana?
Hace tiempo que no veo televisión venezolana, pero las ultimas que he visto, como por ejemplo por estas calles, lamentablemente de las novelas fueron más localistas, veo que ahora se están haciendo novelas mas universales, que son situaciones que le pueden ocurrir a cualquier persona del mundo, que era lo que vendía en las novelas venezolanas, pero el otro problema que veo allí es que están hablando con el léxico demasiado venezolano. Nosotros antes tratábamos de ser muy naturales, siempre marcando la buena dicción pronunciando todas las letras, se supone que un actor, así como los locutores, teníamos que tener buena dicción y si uno está interpretando una persona muy fina, muy educada, se supone que tienen que hablar como tal, no como una caraqueña o una persona muy natural dentro de Venezuela. Creo que estas cosas han mermado las ventas de telenovelas que se hacen en mi país, si es cierto que las siguen vendiendo pero no tienen el éxito que tenían antes por estas situaciones, uno por los temas muy localistas, la segunda es por el acento neutro, aquí la gente se queja mucho porque se les exige el acento neutro porque en realidad aquí en Miami muchas veces te exigen el acento muy parecido al mexicano, pero esa no es la idea, un acento neutro es cuando un actor pronuncia muy bien y la gente no logra descifrar de que país es este actor.
-¿Por qué aceptaste dar vida a Olga, en ‘El Rostro de Analía’?
Cuando me llamaron para este papel y leí el guión, me gustó por el mensaje que da. Me encanta ese personaje, a pesar de que siempre hago de mala, esta es una señora que quiere a su familia y defenderá la dignidad de su hija fallecida.
-¿Qué herramientas utilizas para preparar tus personajes?
Siempre le hago una historia a mis personajes, observo mucho, de hecho a las personas que les he dado un poco de clases de actuación, les digo unas de las mejores escuelas de actuación es la vida misma, porque no necesariamente tienes que vivir todas las cosas que vas a interpretar en un personaje; pero viendo, mirando, observando, viendo televisión, viendo cine, viendo a la gente en la calle como reacciona, es la mejor escuela que un actor puede tener. Si voy a interpretar a una esquizofrénica, pues voy a investigar, me meto en Internet, me voy a un instituto donde hay gente así, pregunto, veo, observo; pero cuando es un personaje normal de la vida diaria, como es el personaje que interpreté recientemente en ‘El Rostro de Analía’, simplemente me voy al ser humano, el cómo se siente esa mujer que ha tenido que luchar toda la vida, luchar por su hijo, que es una mujer orgullosa, y me voy alimentando de muchas cosas, ella adora a su hijo, tuvo una pérdida de una hija que creyó que estaba muerta, ella tiene ese dolor por dentro, es una mujer hachada para adelante. Entonces hay muchas formas con las que se adorna un personaje.
-¿Cómo ves el nuevo talento que incursiona en la actuación?
Hay mucha gente que se está preparando muy bien y se están tomando esta carrera muy en serio, y esos son los que al final salen adelante y los que triunfan, hubo una época en que todos creían que por la carita bonita iban a llegar a todas partes, pero se han dado cuenta que no es así, evidentemente ayuda una buena presencia porque los productores y todas las personas que están encargadas del casting de todas las novelas, siempre están buscando gente que sea agradable a la vista, pero también saben que hay personajes que tienen que ser no tan agradables y están buscando gente que sea responsable, gente que sepa actuar y no que los vaya hacer perder el tiempo, sin aprenderse la letra, llegar tarde o se pongan divos porque tienen un poquito de fama.
Flavio Caballero
Flavio Caballero es un actor colombiano, que llegó a Venezuela e hizo una carrera como actor que hoy en día se destaca siendo un icono en la actuación venezolana, donde ha participado en exitosas novelas como ‘Leonela’, ‘La Intrusa’, ‘El Desprecio’, ‘Viva la pepa’, ‘La Niña de mis ojos’, ‘Mi Gorda Bella’ y ‘Estrambótica Anastasia’, entre otras. Después viajó a Miami, por cuestiones de trabajo y se radicó en esa ciudad, donde ha empezado una nueva vida como actor.
Recientemente, le vimos como el abogado de Martín en ‘El Cartel’ y también le conocemos por su personificación del Capitán Lares de ‘El Rostro de Analía’. Flavio Caballero siente gran orgullo por lo que las producciones Colombianas están dando de qué hablar en América latina.
-¿Cómo definirías tus casi tres décadas en el mundo de la actuación?
Lo importante de todos los trabajos que uno hace es el momento en que uno llega a tener una comunicación con esa gente que te da la oportunidad de acercarte a ellos, de llegar a sus casas cada noche. Hacerlos disfrutar, reír o llorar, y que eso termine en el respeto por lo que uno hace, es la conclusión de mis años de trabajo, el cual siempre he tratado de hacer con el mayor cariño posible, profesionalismo y con la avidez de aprender de aquellos que trabajan contigo.
-¿Y nos podrías hablar sobre tu debut en la actuación?
Con la finalización de un taller de interpretación dirigido por el maestro Enrique Porte, el cual concluyó con el montaje de una obra de teatro llamada ‘El padre’, en la sala Juana Sujo en el año 1980.
-¿Qué herramientas utilizas para la preparación de tus personajes?
Siempre es importante entender la separación de tu vida de la vida de los personajes para no confundir. Hay otras herramientas que se van descubriendo a través del texto de cada historia a representar.
-¿Fue difícil para ti entrar en la televisión?
Pienso que cada artista o cada ser humano tiene un camino que recorrer, y al hacerlo a veces será de manera difícil y otras veces te tocará realizarlo de manera fácil. Lo importante es entender el significado de cada paso que das no importa como pueda ser y cuanto te pueda costar.
-¿Qué es lo que más disfrutas de la actuación?
Cuando sientes que vuelas, es sentir que tu alma se sale del cuerpo. Cuando hago un trabajo habitualmente busco que mi alma se salga del cuerpo en donde vive Flavio Caballero para tratar de incorporarse a mis personajes.
-¿Por qué decidiste radicarte en Miami después de tantos años de carrera en Venezuela?
Por ofertas de trabajo y cambios de aire.
-¿Qué opinas de las telenovelas venezolanas?
Las telenovelas son parte de la cultura venezolana. Están reflejadas en ellas muchos sentimientos y realidades. A veces se logra el objetivo, a veces no, pero el deseo de hacer que la gente sueñe, es el mismo.
-¿Y qué significo para ti el cierre del canal venezolano RCTV, en el que trabajaste por tantos años?
Una profunda tristeza, una gran impotencia y una enorme decepción. RCTV significa el proceso de mi vida. A nivel profesional RCTV ha sido como una madre, es la empresa a la cual tengo muchísimo que agradecer y le profeso unos sentimientos muy especiales. Me dio la oportunidad de crecer no sólo profesionalmente sino también como ser humano, donde he encontrado personas maravillosas que me han enseñado mucho.
-¿Qué personajes te han marcado especialmente?
Simón Bolívar y José Gregorio Hernández, ya que los interpreté cuando era muy joven. El actor tiene que sentirse libre para poder entrar y salir de los personajes. Es difícil, pero es producto de un proceso que uno tiene que ir viviendo y dominando. Ahora tengo personajes que me han hecho crecer mucho. Los anteriores los disfruté y sentí que habían momentos plenos de actuación, como por ejemplo los que realicé en las telenovelas ‘Leonela’ (Mateo Manaure), en ‘La Intrusa’ (Freddy) y en ‘Señora’ (Anselmo Itriago).
-¿Con qué actriz te ha gustado trabajar más?
Con la actriz con la que más he trabajado es con Maricarmen Regueiro, mi amiga y maravillosa actriz. He tenido suerte de trabajar con personas que me han enseñado muchísimo. Siempre he tenido una gran comunicación y un gran respeto por el trabajo que realizamos. También puedo nombrar a Victoria Robert y Julie Restifo.
-¿Sacrificios y recompensas de tu carrera?
El estar separado de mi familia es un sacrificio y la respuesta del público ante mi trabajo es la mejor recompensa.
-¿Qué opinas de las producciones tanto en teatro, televisión y cine de Colombia?
En cuanto al cine y la televisión, creo que después de un arduo trabajo durante muchas décadas, Colombia está viviendo su mejor momento creativo. Yo quiero hacerle un reconocimiento por sus grandes producciones que me llenan de mucho orgullo y en cuanto a lo teatral creo que Colombia tiene una larga carrera, la cual puede ser dividida entre antes y después de Fanny Mickey.
-¿Te costó iniciar una carrera actoral en Miami?
Recientemente, le vimos como el abogado de Martín en ‘El Cartel’ y también le conocemos por su personificación del Capitán Lares de ‘El Rostro de Analía’. Flavio Caballero siente gran orgullo por lo que las producciones Colombianas están dando de qué hablar en América latina.
-¿Cómo definirías tus casi tres décadas en el mundo de la actuación?
Lo importante de todos los trabajos que uno hace es el momento en que uno llega a tener una comunicación con esa gente que te da la oportunidad de acercarte a ellos, de llegar a sus casas cada noche. Hacerlos disfrutar, reír o llorar, y que eso termine en el respeto por lo que uno hace, es la conclusión de mis años de trabajo, el cual siempre he tratado de hacer con el mayor cariño posible, profesionalismo y con la avidez de aprender de aquellos que trabajan contigo.
-¿Y nos podrías hablar sobre tu debut en la actuación?
Con la finalización de un taller de interpretación dirigido por el maestro Enrique Porte, el cual concluyó con el montaje de una obra de teatro llamada ‘El padre’, en la sala Juana Sujo en el año 1980.
-¿Qué herramientas utilizas para la preparación de tus personajes?
Siempre es importante entender la separación de tu vida de la vida de los personajes para no confundir. Hay otras herramientas que se van descubriendo a través del texto de cada historia a representar.
-¿Fue difícil para ti entrar en la televisión?
Pienso que cada artista o cada ser humano tiene un camino que recorrer, y al hacerlo a veces será de manera difícil y otras veces te tocará realizarlo de manera fácil. Lo importante es entender el significado de cada paso que das no importa como pueda ser y cuanto te pueda costar.
-¿Qué es lo que más disfrutas de la actuación?
Cuando sientes que vuelas, es sentir que tu alma se sale del cuerpo. Cuando hago un trabajo habitualmente busco que mi alma se salga del cuerpo en donde vive Flavio Caballero para tratar de incorporarse a mis personajes.
-¿Por qué decidiste radicarte en Miami después de tantos años de carrera en Venezuela?
Por ofertas de trabajo y cambios de aire.
-¿Qué opinas de las telenovelas venezolanas?
Las telenovelas son parte de la cultura venezolana. Están reflejadas en ellas muchos sentimientos y realidades. A veces se logra el objetivo, a veces no, pero el deseo de hacer que la gente sueñe, es el mismo.
-¿Y qué significo para ti el cierre del canal venezolano RCTV, en el que trabajaste por tantos años?
Una profunda tristeza, una gran impotencia y una enorme decepción. RCTV significa el proceso de mi vida. A nivel profesional RCTV ha sido como una madre, es la empresa a la cual tengo muchísimo que agradecer y le profeso unos sentimientos muy especiales. Me dio la oportunidad de crecer no sólo profesionalmente sino también como ser humano, donde he encontrado personas maravillosas que me han enseñado mucho.
-¿Qué personajes te han marcado especialmente?
Simón Bolívar y José Gregorio Hernández, ya que los interpreté cuando era muy joven. El actor tiene que sentirse libre para poder entrar y salir de los personajes. Es difícil, pero es producto de un proceso que uno tiene que ir viviendo y dominando. Ahora tengo personajes que me han hecho crecer mucho. Los anteriores los disfruté y sentí que habían momentos plenos de actuación, como por ejemplo los que realicé en las telenovelas ‘Leonela’ (Mateo Manaure), en ‘La Intrusa’ (Freddy) y en ‘Señora’ (Anselmo Itriago).
-¿Con qué actriz te ha gustado trabajar más?
Con la actriz con la que más he trabajado es con Maricarmen Regueiro, mi amiga y maravillosa actriz. He tenido suerte de trabajar con personas que me han enseñado muchísimo. Siempre he tenido una gran comunicación y un gran respeto por el trabajo que realizamos. También puedo nombrar a Victoria Robert y Julie Restifo.
-¿Sacrificios y recompensas de tu carrera?
El estar separado de mi familia es un sacrificio y la respuesta del público ante mi trabajo es la mejor recompensa.
-¿Qué opinas de las producciones tanto en teatro, televisión y cine de Colombia?
En cuanto al cine y la televisión, creo que después de un arduo trabajo durante muchas décadas, Colombia está viviendo su mejor momento creativo. Yo quiero hacerle un reconocimiento por sus grandes producciones que me llenan de mucho orgullo y en cuanto a lo teatral creo que Colombia tiene una larga carrera, la cual puede ser dividida entre antes y después de Fanny Mickey.
-¿Te costó iniciar una carrera actoral en Miami?
Yo no lo describiría de esa manera, de lo que me pudo costar o no, solo sé que estoy aquí y estoy trabajando y le doy gracias a Dios por eso. Miami ha sido una ciudad que me ha recibido de una manera muy cordial y me ha permitido aparte de mi carrera actoral, dictar talleres de actuación, y esas dos cosas han llenado mucho mi vida.
Flor Núñez
Flor Eloína Núñez Mendoza, su verdadero nombre, dio sus primeros pasos en la actuación venezolana en la Escuela Antonio Arraíz, donde formó parte de un grupo teatral. Se preparó en la Escuela de Teatro Juana Sujo. Desde sus inicios en la televisión ha participado en innumerables producciones dramáticas como ‘La Viuda Negra’, ‘El Desprecio’, ‘De Oro Puro’, ‘Al Filo De La Ley’, ‘Dueña y Señora’ y ‘El Rostro de Analía’, entre otras.
En teatro ha participado en obras del repertorio nacional e internacional como ‘Fama de Mujer Amada’ y ‘Flor de la Noche’, siendo una de las actrices más reconocidas de la televisión y el teatro venezolanos, ganadora de innumerables premios y reconocimientos.
-¿Cómo te describirías a ti misma?
Luchadora, amorosa y madre.
-¿A qué actores admiras?
A Al Pacino, a Marlon Brando y a Shirley Maclaine.
-¿Recuerdas algún momento especial en tu vida?
Sí, el nacimiento de mis hijas.
-¿Cuál es tu mejor cualidad y tu peor defecto?
Mi mejor cualidad: mi capacidad de escuchar y tratar de entender, cosa que me ha servido mucho en la vida. Y mi peor defecto es mi impulsividad.
-¿Te gusta leer?
Mucho. Mi libro favorito sigue siendo ‘Don Quijote de la Mancha’, a pesar de los años. Fue quizás el primer gran libro que me regaló mi mamá cuando cumplí como 12 años y me fascinó, tanto así que sigue siendo mi libro favorito. Inclusive a veces lo leo a pesar de que ya está viejito.
-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Realmente tengo poco tiempo libre, pero en la medida de lo que puedo tengo un momento para mí, para hacer un poco de meditación, leer, escuchar la música que me gusta a todo volumen. Tomo un pedacito de ese tiempo para mí y eso me hace feliz.
-¿Cuándo fue tu primer amor?
Que yo recuerde fue en el bachillerato, cuando llegué al Liceo Andrés Bello.
-¿Qué es en lo primero que te fijas de un hombre?
Lo primero son los ojos, lo segundo la barriga y tercero el trasero (risas).
-¿Cómo es tu hombre ideal?
Bello, inteligente y con una buena profesión que le permita vivir cómodamente.
-Si no fueses actriz, ¿qué serías?
Seguramente sería músico, a mí siempre me ha gustado la música, la canción, yo canto. Mi papá decía "Tú vas a ser cantante" y soy actriz, aunque en realidad me gusta mucho la canción. También me gustan mucho los idiomas, la psicología, el contacto con el público. Yo estudié derecho tres años y algo no fui y no me hubiera gustado ser, que era abogado.
-¿Qué sacrificios has tenido en tu carrera?
Tiempo para mis hijas y estabilidad en mi casa. Ahorita mis hijas están estudiando en Miami y yo estoy aquí, es por ello que estoy en un momento terrible de los sacrificios de la carrera, ellas lo entienden y siempre nos comunicamos, pero no deja de ser tremendo que por mi vida de gitana dejo de estar al lado de ellas en este momento, pero esta profesión es así, como yo digo, uno no es de un país determinado, uno es de donde lo necesiten o de donde lo llamen y fíjate, ahora mi vida ya está transcurriendo aquí y en varios otros lugares, por lo que uno se convierte como en ciudadano del mundo.
-¿Y qué recompensaste ha dado tu carrera?
En teatro ha participado en obras del repertorio nacional e internacional como ‘Fama de Mujer Amada’ y ‘Flor de la Noche’, siendo una de las actrices más reconocidas de la televisión y el teatro venezolanos, ganadora de innumerables premios y reconocimientos.
-¿Cómo te describirías a ti misma?
Luchadora, amorosa y madre.
-¿A qué actores admiras?
A Al Pacino, a Marlon Brando y a Shirley Maclaine.
-¿Recuerdas algún momento especial en tu vida?
Sí, el nacimiento de mis hijas.
-¿Cuál es tu mejor cualidad y tu peor defecto?
Mi mejor cualidad: mi capacidad de escuchar y tratar de entender, cosa que me ha servido mucho en la vida. Y mi peor defecto es mi impulsividad.
-¿Te gusta leer?
Mucho. Mi libro favorito sigue siendo ‘Don Quijote de la Mancha’, a pesar de los años. Fue quizás el primer gran libro que me regaló mi mamá cuando cumplí como 12 años y me fascinó, tanto así que sigue siendo mi libro favorito. Inclusive a veces lo leo a pesar de que ya está viejito.
-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Realmente tengo poco tiempo libre, pero en la medida de lo que puedo tengo un momento para mí, para hacer un poco de meditación, leer, escuchar la música que me gusta a todo volumen. Tomo un pedacito de ese tiempo para mí y eso me hace feliz.
-¿Cuándo fue tu primer amor?
Que yo recuerde fue en el bachillerato, cuando llegué al Liceo Andrés Bello.
-¿Qué es en lo primero que te fijas de un hombre?
Lo primero son los ojos, lo segundo la barriga y tercero el trasero (risas).
-¿Cómo es tu hombre ideal?
Bello, inteligente y con una buena profesión que le permita vivir cómodamente.
-Si no fueses actriz, ¿qué serías?
Seguramente sería músico, a mí siempre me ha gustado la música, la canción, yo canto. Mi papá decía "Tú vas a ser cantante" y soy actriz, aunque en realidad me gusta mucho la canción. También me gustan mucho los idiomas, la psicología, el contacto con el público. Yo estudié derecho tres años y algo no fui y no me hubiera gustado ser, que era abogado.
-¿Qué sacrificios has tenido en tu carrera?
Tiempo para mis hijas y estabilidad en mi casa. Ahorita mis hijas están estudiando en Miami y yo estoy aquí, es por ello que estoy en un momento terrible de los sacrificios de la carrera, ellas lo entienden y siempre nos comunicamos, pero no deja de ser tremendo que por mi vida de gitana dejo de estar al lado de ellas en este momento, pero esta profesión es así, como yo digo, uno no es de un país determinado, uno es de donde lo necesiten o de donde lo llamen y fíjate, ahora mi vida ya está transcurriendo aquí y en varios otros lugares, por lo que uno se convierte como en ciudadano del mundo.
-¿Y qué recompensaste ha dado tu carrera?
La felicidad de hacer lo que me gusta, el aplauso del público y el poderme seguir desarrollando.
José Guillermo Cortines
Nacido en República Dominicana en diciembre de 1973, Jose Guillermo comenzó su carrera artística a finales de los años 80. Comenzó como un guitarrista, que actuó en varias cintas como ‘Origami’, ‘Kinesis’ y ‘Tabu-Tek’. En 1995, Jose Guillermo comenzó a trabajar sobre un programa de televisión llamado ‘Fantástico’. Más tarde, lanzó un programa, ‘Sin la Muela en Vivo’, que muy rápidamente capturó a una audiencia del segmento dominicano juvenil. También trabajó sobre otros programas de televisión y, entre otros, el programa ‘Cine, música’, Cortines fue productor, el escritor y el anfitrión del programa.
Más tarde, lanzó su carrera de interpretación y trabajó en varias miniseries de televisión, como ‘Hasta que la muerte números separe’, ‘Cuando llama amor el’ y también ‘Paraíso’, producción española. Más tarde en 1997, José Guillermo tomó un paso valiente en el teatro y también hizo película como ‘Los locos también piensan’, ‘Negocios hijo negocios’, y ‘Viajeros’, entre otros.
Y aunque este fue su debut como cantante en la Calle 8, para este joven dominicano las artes escénicas no son nada nuevo. Comenzó en su patria en un grupo musical y de ahí pasó al teatro musical interpretando roles protagónicos en ‘Grease’, ‘Saturday Night Fever’, ‘La Bella y la Bestia’ y ‘Los Miserables’, ambos en el Teatro Nacional de la República Dominicana.
José Guillermo hizo su estreno como un cantante en diciembre de 2004, cuando él presentó en la República Dominicana su producción musical ‘Una razón’, alcanzando el número uno de la radio de su país natal. Finalmente, él realizó el papel del bandido en la telenovela ‘Trópico’, de Venevisión. Esta telenovela abrió nuevas puertas para el actor para experimentar fronteras diferentes. Después recibió la propuesta en 2008 para hacer un programa en la cadena Telemundo, llamado ‘Lo Dejo En Tus Manos’ y, poco después, recibió otra propuesta de la misma cadena para dar vida a Mauricio Montiel en ‘El Rostro de Analía’.
-Háblanos de tu rol en ‘El Rostro de Analía’...
El personaje de Mauricio ha sido sin duda un personaje interesante para mi, ya que de por sí es un rol bien diferente a los que he realizado. Al principio el público lo considera antagónico, pero con el tiempo descubre que no es así. Para mí fue bien divertido hacer algo justo, que para el público luciera como una injusticia. Tiene momentos de alegría como los tiene de pena. Es un tipo bien apegado a su familia (en eso nos parecemos) y alguien que se entrega a sus promesas.
-¿Ser dominicano ha sido un problema al estar con un reparto, donde hay actores de diferentes países?
No. En Telemundo han abierto las puertas a personas de todas las nacionalidades. Si hay algo bueno de ser dominicano es simplemente el serlo y así poder representar a las personas de mi país.
-¿Cómo es tu vida lejos de tu país natal?
La vida es siempre vida, aún sea cerca o lejos de casa. Además, casa es cualquier lugar donde uno habite, yo no estoy lejos de casa sino lejos de mi hogar. Yo creo que está en cada quien el vivir la vida positivamente a pesar de no tener todo lo que uno quisiera tener a mano.
-Eres cantante, actor y presentador, ¿qué faceta te falta por explorar?
Fuera de lo artístico, nada. De hecho hace años que no trato de trazarme metas. Eso ocurrió cuando las metas que tenía, y que en ese momento parecían imposibles de conseguir, fueron superadas y olvidadas. Ahora simplemente trato de hacer cosas en las que vea algún tipo de reto. Trabajos en los que pueda hacer cosas nuevas y, por lo tanto, dejarme sorprender. No me gusta mantenerme en lo mismo por mucho tiempo. Gracias a Dios la actuación es un trabajo que te permite cambiar de registro constantemente.
-¿Extrañas la televisión en vivo?
A veces. Sobre todo cuando veo viejos videos de ‘Sin la Muela en Vivo’.
-¿Cómo va tu carrera de cantante?
Estoy ahora comenzando con la promoción de mi disco en Miami. Recientemente estuve en el festival de la Calle 8 y, entre mis proyectos, están una serie de conciertos para dar a conocer la producción.
-¿Y cómo te va en tu faceta de esposo y padre?
Como esposo trato de no ser tan "esposo", sino más un compañero. Y como padre es difícil para mi estar tan lejos de mi nena. Ella es mi sol y el no tenerla a mi lado, como siempre, me hace la vida un poco nebulosa.
-¿Cómo se ha adaptado Dominique (tu esposa) a todos estos cambios que has sufrido en tu vida en los últimos dos años?
Yo diría que bien. Ha sido todo un proceso. Al principio yo vine solo y duramos un tiempo casados por Skype. Pero ya estamos más tranquilos los dos del mismo lado de la pantalla.
-¿Tienes algún vicio?
Mi Mac (el ordenador) es mi vicio. Se ha convertido en parte de mí.
-¿Cuál ha sido la experiencia laboral más gratificante que has tenido?
La última que hice. Y la respuesta aplica, por igual, cada vez que hago algo nuevo.
-Has trabajado en series, telenovelas y musicales, ¿cuál área de la actuación prefieres?
Más tarde, lanzó su carrera de interpretación y trabajó en varias miniseries de televisión, como ‘Hasta que la muerte números separe’, ‘Cuando llama amor el’ y también ‘Paraíso’, producción española. Más tarde en 1997, José Guillermo tomó un paso valiente en el teatro y también hizo película como ‘Los locos también piensan’, ‘Negocios hijo negocios’, y ‘Viajeros’, entre otros.
Y aunque este fue su debut como cantante en la Calle 8, para este joven dominicano las artes escénicas no son nada nuevo. Comenzó en su patria en un grupo musical y de ahí pasó al teatro musical interpretando roles protagónicos en ‘Grease’, ‘Saturday Night Fever’, ‘La Bella y la Bestia’ y ‘Los Miserables’, ambos en el Teatro Nacional de la República Dominicana.
José Guillermo hizo su estreno como un cantante en diciembre de 2004, cuando él presentó en la República Dominicana su producción musical ‘Una razón’, alcanzando el número uno de la radio de su país natal. Finalmente, él realizó el papel del bandido en la telenovela ‘Trópico’, de Venevisión. Esta telenovela abrió nuevas puertas para el actor para experimentar fronteras diferentes. Después recibió la propuesta en 2008 para hacer un programa en la cadena Telemundo, llamado ‘Lo Dejo En Tus Manos’ y, poco después, recibió otra propuesta de la misma cadena para dar vida a Mauricio Montiel en ‘El Rostro de Analía’.
-Háblanos de tu rol en ‘El Rostro de Analía’...
El personaje de Mauricio ha sido sin duda un personaje interesante para mi, ya que de por sí es un rol bien diferente a los que he realizado. Al principio el público lo considera antagónico, pero con el tiempo descubre que no es así. Para mí fue bien divertido hacer algo justo, que para el público luciera como una injusticia. Tiene momentos de alegría como los tiene de pena. Es un tipo bien apegado a su familia (en eso nos parecemos) y alguien que se entrega a sus promesas.
-¿Ser dominicano ha sido un problema al estar con un reparto, donde hay actores de diferentes países?
No. En Telemundo han abierto las puertas a personas de todas las nacionalidades. Si hay algo bueno de ser dominicano es simplemente el serlo y así poder representar a las personas de mi país.
-¿Cómo es tu vida lejos de tu país natal?
La vida es siempre vida, aún sea cerca o lejos de casa. Además, casa es cualquier lugar donde uno habite, yo no estoy lejos de casa sino lejos de mi hogar. Yo creo que está en cada quien el vivir la vida positivamente a pesar de no tener todo lo que uno quisiera tener a mano.
-Eres cantante, actor y presentador, ¿qué faceta te falta por explorar?
Fuera de lo artístico, nada. De hecho hace años que no trato de trazarme metas. Eso ocurrió cuando las metas que tenía, y que en ese momento parecían imposibles de conseguir, fueron superadas y olvidadas. Ahora simplemente trato de hacer cosas en las que vea algún tipo de reto. Trabajos en los que pueda hacer cosas nuevas y, por lo tanto, dejarme sorprender. No me gusta mantenerme en lo mismo por mucho tiempo. Gracias a Dios la actuación es un trabajo que te permite cambiar de registro constantemente.
-¿Extrañas la televisión en vivo?
A veces. Sobre todo cuando veo viejos videos de ‘Sin la Muela en Vivo’.
-¿Cómo va tu carrera de cantante?
Estoy ahora comenzando con la promoción de mi disco en Miami. Recientemente estuve en el festival de la Calle 8 y, entre mis proyectos, están una serie de conciertos para dar a conocer la producción.
-¿Y cómo te va en tu faceta de esposo y padre?
Como esposo trato de no ser tan "esposo", sino más un compañero. Y como padre es difícil para mi estar tan lejos de mi nena. Ella es mi sol y el no tenerla a mi lado, como siempre, me hace la vida un poco nebulosa.
-¿Cómo se ha adaptado Dominique (tu esposa) a todos estos cambios que has sufrido en tu vida en los últimos dos años?
Yo diría que bien. Ha sido todo un proceso. Al principio yo vine solo y duramos un tiempo casados por Skype. Pero ya estamos más tranquilos los dos del mismo lado de la pantalla.
-¿Tienes algún vicio?
Mi Mac (el ordenador) es mi vicio. Se ha convertido en parte de mí.
-¿Cuál ha sido la experiencia laboral más gratificante que has tenido?
La última que hice. Y la respuesta aplica, por igual, cada vez que hago algo nuevo.
-Has trabajado en series, telenovelas y musicales, ¿cuál área de la actuación prefieres?
Los musicales son mi debilidad, tengo que admitirlo. Aunque cada género tiene su encanto.
Jacqueline Márquez
Jacqueline Márquez es una actriz que venció la timidez. Resulta paradójico que la actriz estadounidense de origen venezolano, una de las revelaciones en el elenco de la telenovela ‘El Rostro de Analía’, haya decidido ser actriz solamente para vencer su timidez adolescente durante la escuela preparatoria. Sin embargo, el esfuerzo por dejar de lado su retraimiento, se convirtió en su pasión y ahora la joven busca consolidarse en su profesión y confiesa ser capaz de encarar cualquier reto que su oficio le demande.
Y como muestra, Márquez cuenta que para interpretar su personaje de Chaniqua, una pandillera de barrio bravo en la telenovela de Telemundo, decidió bajar de peso y se sometió a una dieta estricta y a un intenso programa de ejercicios aeróbicos para reducir tallas y tonificar el cuerpo.
Jacqueline estudió dos carreras al mismo tiempo: la de actuación y la de ingeniería industrial. Terminada la segunda, trabajó en la compañía Petróleos de Venezuela. Pero el título universitario no logró hacer olvidar a la primera y decidió darle una oportunidad a la actuación.
La actriz nació en Estados Unidos, en Dallas, Texas, de padres venezolanos, y fue criada en la ciudad venezolana de San Cristóbal. Finalmente regresó a Estados Unidos hace cinco años, con una sola idea: actuar.
-Tu primera oportunidad en televisión te llegó de la mano de Telemundo, ¿cómo comenzaste en la actuación?
Fue mi primera oportunidad en la televisión con la miniserie de Telemundo ‘Amores de Luna’. A través del taller de Telemundo Actores, que dictó la cadena hace dos años con la maestra Adriana Barraza, se me dio la oportunidad de actuar y hacer el papel protagónico en la miniserie que la presentaron el año pasado. También estuve por cuatro meses en Nueva York para estudiar técnicas de actuación en la legendaria escuela de teatro Actor’s Studio, fundada por Lee Strasberg y fue una experiencia inolvidable. Me enamoré de la ciudad. También tomé clases de monólogos en el Atlantic Theatre. Un día en Nueva York supe del casting para una nueva novela de Telemundo y me presenté.
-¿Cómo fue la experiencia de recibir clases de Adriana Barraza?
Tomar clases con Adriana es una de las experiencias más hermosas que he tenido en la vida. Es una excelente maestra, súper humilde, y que nos compartió sin reservas todo lo que sabía. No se guardó nada. Ella es una de las personas a la que debo estar en donde estoy. Cuando ella te da clases: te motiva, te llena de esperanza, te da fuerzas para luchar y te infunde deseos de aprender insaciablemente.
-¿Cómo definirías a tu personaje de Chanicua, la pandillera de ‘El Rostro de Analía’?
Mi personaje en principio era el de una mujer enérgica, brava y fuerte, pero ahora está embarazada de gemelos y esta situación la ha transformado en una mujer mucho más sensible y humana. También es una mujer apasionada, fiel y con mucho coraje, que tiene una manera muy decidida de enfrentar la vida, y que está constantemente enfrentando riesgos. Por eso me decidí prepararme con gimnasio y dieta.
-Cuentas que tomaste la decisión de ser actriz para perder la timidez...
Sí, soy muy tímida, pero he aprendido que todo en la vida es como una actuación. Tienes que armarte de valor, de fuerza, para enfrentarte al público y a la gente. Todavía hay ciertas cosas de la vida diaria que me dan pena.
-¿Tu familia te apoyó en la decisión que tomaste de ser actriz?
No fue que mis padres no me apoyaron en mis inquietudes artísticas, ni que me dijesen que no me podía dedicar a eso, pero sí querían que sacara un título universitario y fue así que me gradué de ingeniera industrial en la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
-¿Qué te ha aportado en tu vida estudiar ingeniería?
La ingeniería me ha ayudado como persona de negocios y en la parte empresarial, pero durante mis cinco años de carrera, también estudié actuación y pertenecí al grupo de teatro en la universidad e hice varias obras en Venezuela.
-¿Y qué planes futuros tienes después de haber acabado las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Y como muestra, Márquez cuenta que para interpretar su personaje de Chaniqua, una pandillera de barrio bravo en la telenovela de Telemundo, decidió bajar de peso y se sometió a una dieta estricta y a un intenso programa de ejercicios aeróbicos para reducir tallas y tonificar el cuerpo.
Jacqueline estudió dos carreras al mismo tiempo: la de actuación y la de ingeniería industrial. Terminada la segunda, trabajó en la compañía Petróleos de Venezuela. Pero el título universitario no logró hacer olvidar a la primera y decidió darle una oportunidad a la actuación.
La actriz nació en Estados Unidos, en Dallas, Texas, de padres venezolanos, y fue criada en la ciudad venezolana de San Cristóbal. Finalmente regresó a Estados Unidos hace cinco años, con una sola idea: actuar.
-Tu primera oportunidad en televisión te llegó de la mano de Telemundo, ¿cómo comenzaste en la actuación?
Fue mi primera oportunidad en la televisión con la miniserie de Telemundo ‘Amores de Luna’. A través del taller de Telemundo Actores, que dictó la cadena hace dos años con la maestra Adriana Barraza, se me dio la oportunidad de actuar y hacer el papel protagónico en la miniserie que la presentaron el año pasado. También estuve por cuatro meses en Nueva York para estudiar técnicas de actuación en la legendaria escuela de teatro Actor’s Studio, fundada por Lee Strasberg y fue una experiencia inolvidable. Me enamoré de la ciudad. También tomé clases de monólogos en el Atlantic Theatre. Un día en Nueva York supe del casting para una nueva novela de Telemundo y me presenté.
-¿Cómo fue la experiencia de recibir clases de Adriana Barraza?
Tomar clases con Adriana es una de las experiencias más hermosas que he tenido en la vida. Es una excelente maestra, súper humilde, y que nos compartió sin reservas todo lo que sabía. No se guardó nada. Ella es una de las personas a la que debo estar en donde estoy. Cuando ella te da clases: te motiva, te llena de esperanza, te da fuerzas para luchar y te infunde deseos de aprender insaciablemente.
-¿Cómo definirías a tu personaje de Chanicua, la pandillera de ‘El Rostro de Analía’?
Mi personaje en principio era el de una mujer enérgica, brava y fuerte, pero ahora está embarazada de gemelos y esta situación la ha transformado en una mujer mucho más sensible y humana. También es una mujer apasionada, fiel y con mucho coraje, que tiene una manera muy decidida de enfrentar la vida, y que está constantemente enfrentando riesgos. Por eso me decidí prepararme con gimnasio y dieta.
-Cuentas que tomaste la decisión de ser actriz para perder la timidez...
Sí, soy muy tímida, pero he aprendido que todo en la vida es como una actuación. Tienes que armarte de valor, de fuerza, para enfrentarte al público y a la gente. Todavía hay ciertas cosas de la vida diaria que me dan pena.
-¿Tu familia te apoyó en la decisión que tomaste de ser actriz?
No fue que mis padres no me apoyaron en mis inquietudes artísticas, ni que me dijesen que no me podía dedicar a eso, pero sí querían que sacara un título universitario y fue así que me gradué de ingeniera industrial en la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
-¿Qué te ha aportado en tu vida estudiar ingeniería?
La ingeniería me ha ayudado como persona de negocios y en la parte empresarial, pero durante mis cinco años de carrera, también estudié actuación y pertenecí al grupo de teatro en la universidad e hice varias obras en Venezuela.
-¿Y qué planes futuros tienes después de haber acabado las grabaciones de ‘El Rostro de Analía’?
Estoy en la producción de una película junto a un grupo de talentos que conocí en el taller de Telemundo escritores. Tenemos un buen libreto sobre lo duro que es la vida del hispano en este país y, con otros compañeros del taller Telemundo Actores, vamos a producir y a protagonizar la película, pero todavía necesitamos financiamiento.
aii mnogu se ubavi
ResponderEliminarme encanto muchisimoooooooooooo esta tenelovela os keroooo
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